sábado, 21 de diciembre de 2013

A Shade of Vampire: Capitulo 30.

¡Holas! c: bueno primero que nada, este capitulo lo van a amar, YO LO AME, aparece un rubio, al que todas amamos *-* siiiiiiiiii, pero hay algo :c este es el ultimo del maratón :c buenooo, y también falta poco para que termine, solo faltan algunos caps :c, pero buano, vienen otras INCREIBLES NOVES que van a amar muchos mas! asique dejo de hablar y las dejo con el ultimo cap del maratón.

A Shade of Vampire: Capitulo 29.

¡Holas! aca el dos, Ro, querida ¡Es una saga! obvio que no termina aca, si no ahora es que faaaalta mucho, solo que los otros libros no han salido :c pero cuando salgan yo sere la primera en descargarlo c; besos.

A Shade of Vampire: Capitulo 28

¡Holas! primero que nada, casi, casi terminamos, y bueh, hagamos un maratón de 3 caps ok?

jueves, 19 de diciembre de 2013

A Shade of Vampire: Capitulo 27

¡HOLAS! ¿Qué pasa si les digo que ya casi termina? c: lo se, soy realmente mala por decírselo pero no quería sorprenderlas, asique me tienen que agradecer.

viernes, 13 de diciembre de 2013

A Shade of Vampire: Capitulo 26.

¡Holas! c: solo las dejo con el cap, no hablare, y conrrespecto a lo de la sorpresa... lo sabran pronto c; besos.

¡Agradézcanle a Rochi!

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Pasense por: noveladelosteenangels.blogspot.com

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Mariana.


Emilia se tomó su tiempo conmigo. Trató de hacerme sentir cómoda, dándome un poco de agua, lo cual aprecié de verdad, considerando la forma en que el sabor de la sangre de Peter seguía fresca en mi boca. Tuvo mucho cuidado en asegurarse de que yo quería hacer lo que ella me había pedido nunca obligándome u ordenándome o imponiéndome, estaba segura que eso era exactamente lo que hubiese hecho Peter si hubiese quedado bajo su cuidado. Me dio ropa limpia para usar. Estaba tan aliviada de que me pasara unos jeans ajustados y una adorable blusa blanca. Era agradable ver algo que usaría en la vida normal, en vez de los vestidos y faldas que me ofrecieron en el Pabellón. Oh, eran lindos y femeninos, pero se sentía como si la única razón por la que tenía que usarlos era para que los vampiros pudiesen tener un mejor acceso a mi cuerpo, eso era exactamente lo que Benjamin entendía.

Me puse los jeans sabiendo lo irracional que era el camino que estaban tomando mis pensamientos. En primer lugar no es como si hubiese usado jeans para dormir. Aun así, el ajuste perfecto de la tela en mis piernas me dio un poco de tranquilidad. Al menos no tenía que sentir la mano de Benjamin sobre mis piernas. Me estremecí, recordando la forma en la que me había tocado. Sabía que no iba a ser la última vez que haría eso. Lo que más me aterraba era lo indefensa que me había sentido en ese momento. No quería volver a sentirme así.
—¿Te gustaría hablar de lo que pasó? —preguntó Emilia. 

Me senté en la orilla de la cama mientras que ella tiraba un sillón al frente para que pudiese
sentarse a mi lado. De su mesita de noche, apuntó hacia una fuente de frutas.
—Si tienes hambre… —ofreció.
Sacudí mi cabeza. 
—No, gracias. De verdad apreciaba la forma en la que me estaba tratando. Era como la preocupada hermana mayor que nunca tuve.
—¿Qué pasó, Lali? Te prometo que lo que sea que digas, no saldrá de esta habitación a no ser que tú quieras.
—No lo recuerdo —mentí. Recuerdo cada momento de lo que pasó—. Desperté y tenía cortes en mi espalda y el mechón de cabello de Mery en mis manos. Caminé hacia el baño y…—Me ahogué, recordando el destino de Mery—. Ella no se merecía morir.
Sabía que tenía que proteger al resto de las chicas de lo que le había pasado a Mery. La amenaza de Benjamin resonaba en mis oídos. No tenía ninguna duda de que no vacilaría en destruirme a mí y a las chicas a la primera oportunidad que se le presentara.
—Tienes razón. Ella no se lo merecía. —Asintió Emilia. Sus ojos castaños se fijaron en los míos—. Lali, no puedo ayudarte si no eres honesta conmigo. ¿Fue Peter el que te hizo esto?
—Ya te dijo él que no lo había hecho.
—Sí, pero quiero oírlo de ti.
Estaba sorprendida por lo protectora que me sentía respecto a Peter. Casi me sentía insultada cuando alguien suponía que él tenía algo que ver con esto.
—Si Peter hizo esto, entonces no habría mayor escándalo, ¿verdad? Después de todo, somos sus esclavas. ¿No tiene permitido hacer lo que quiera con nosotras? La única razón por la que es un problema es que probablemente alguien más lo hizo y es un gran insulto para Peter.
  

Emilia sonrió satisfecha, casi como si estuviese orgullosa de que hubiese salido con una respuesta así. Se sentía como si ella usara juegos mentales conmigo.
—Parece que el príncipe se preocupa bastante por ti. Parecía bastante loco por verte en el estado en el que estabas.
Me mantuve callada. Me sentía tan herida y abusada. Estaba asustada por lo que estaba por venir. Quería con todas mis fuerzas creer que Peter se preocupaba por mí lo suficiente para escogerme por sobre su hermano, pero si había soportado ser una criatura que odiaba por siglos solo para salvar a su familia, ¿qué me hace pensar que me escogería a mí en vez de a Benjamin?  Emilia probablemente vio que no iba a llegar a ninguna parte con la dirección que estaban tomando sus preguntas, así que intento otro acercamiento. 
—¿Está bien si me dices cómo ha sido para ti este tiempo en la Sombra de Sangre? Tengo mucha curiosidad por saber.
No veía ningún daño en hacer eso y me encontré abriéndome a ella de una forma que nunca había hecho con otra persona. Escupí cada sensación que estuviese fresca en mi memoria, cada miedo, cada aprensión, e incluso momentos robados de asombro y deleite. Le conté cuánto extrañaba a mi mejor amigo y lo preocupada que estaba por él. Ni siquiera sabía por qué. Quizás era simplemente porque necesitaba a un amigo, un aliado, así que aun cuando no estaba segura si podía confiar en Emilia, me rendí ante la necesidad de hablar con alguien que pudiera entender. La única cosa que no le dije sobre todo lo que había pasado en la Sombra de Sangre fue lo que Lucas me había hecho y la amenaza que no le diría ni a un alma.
Me hice una promesa mientras tenía esa conversación con Emilia. Me prometí que Benjamin no se iba a salir con la suya por lo que había hecho. Pagará por lo que nos hizo a Mery y a mí.

viernes, 6 de diciembre de 2013

A Shade of Vampire: Capitulo 24.

¡Holas! :) aca la estornudosa (? asdfghjkl anoche me dio un ataque "Tiniter" JAJAJAJAJA por alguna razón mi prima me llamo y me mostro las fotos de Peter en una pagina, yo creo que era Instagram, bueno, salía la foto de ellos dos muy acurrucados con un "Te amo" y eso me mato. me mato. mato. mato.

A Shade of Vampire: Capitulo 23.

¡Holas! :) el cap esta corto, pero de verdad que no aguanto estar estornudando a cada momento, tengo la nariz tapada, y hablo como si tuviera algo atascado en la garganta... además la pc no es mia, y mi amiga no tiene descargado el libro, y yo tengo todas las entradas en Word -.- (¡eso Yeni, aplauso!) asique... ¡NO SE QUEJEN!.

A Shade of Vampire: Capitulo 22.

¡Holas!, ahora tengo alergia de mi perrito -.- si, me persiguen por todos lados los gérmenes... pero esa no fue la razón por la que no subi, si no que primero mi prima se enfermo y lloraba todo el dia, y bueno ella solo me quiere a mi (? y yo la calmo, ahora esta mejor, pero -.- (odio los "peros") una de mis mejores amigas se va del país y yo tengo que soportar sus lloriqueos (? nah, yo la amo y estoy muy triste porque se va, pero buano, asi es la vida, y las cosas vienen y van... las dejo con el cap.

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Peter.



Ella parecía tan tranquila, tan serena, tan inocente mientras la llevaba hacia su habitación y la tumbaba sobre su cama. Ninguna otra mujer —y créeme cuando digo que había estado con varias— tuvo el mismo efecto que Lali Espósito tenía en mí. Era frágil y vulnerable, y a la vez fuerte y resistente. Había entrado muy recientemente en mi vida, pero se sentía como que la había conocido durante años. 

Era extraño el modo en que me sentía sobre cómo ella me escuchaba y trataba de despejar mi mente después de mi tempestuosa explosión. Estaba agradecido, pero al mismo tiempo, estaba enfadado con ella. Dentro de la sala de música, me había escuchado dar mi pasión por la música. Escuchó hasta que el agotamiento y el sueño le robaron su atención de mí. Tumbada en el banco de madera con almohadones dentro de la sala de música, ella era un festín que observar, con su vestido cubriendo esas largas, pálidas piernas suyas, sus mechones de cabello rojo en cascada caían por la orilla del banco y sus labios rosados ligeramente apartados mientras respiraba. Mi estómago se revolvió simplemente al mirarla, preguntándome en qué estaría pensando que le permitiera ser tan vulnerable alrededor de una criatura como yo, una que podría perder el control en cualquier momento y arruinarla completamente.
Pero de alguna forma, dentro, sabía… sabía que nunca podría dañarla de esa forma, simplemente porque yo nunca sería capaz de perdonarme por ello. Puede que no tuviera suficiente autocontrol para dejar de alimentarme de otros, pero con Lali, no podía permitirme perder el control. Se había convertido en mi principal vínculo con la humanidad y estaba claro para mí que su ruina sería mi ruina.
Por tanto, con cuidado la agarré entre mis brazos, totalmente consciente de la cantidad de piel de su cuello y hombros que estaba expuesta ante mí y cuánto quería probar un poco de ella. Sin embargo, era fácil para mí retractarme. Ella se las había arreglado para hacerse muy preciada para mí incluso como para pensar en la destrucción. 
La dejé en la cama redonda cubierta con lino rosa y piel blanca. Había una sonrisa en mi cara mientras salía de su habitación. Con Lali, se sentía como que había encontrado mi brújula. Sabía que mientras la tuviera, tenía a alguien para mantenerme en el suelo, alguien que dirigiera mi camino. Solo con Lali, tenía una razón por la que estar despierto.
No teniendo ninguna deseo —o necesidad— de perderme en el sueño, volví al salón y descubrí cómo ver las “películas” que me había presentado. Estaba alucinado por los aparatos que la humanidad había conseguido crear durante los años. Nunca los habría imaginado posibles en mi día.
Pasé casi todo el resto del tiempo viendo una película tras otra, movido por las historias y las vidas reflejadas. Tuve que recordarme durante varias veces lo que dijo Lali: no era real, solo actores representando un papel, como en los teatros de nuestro tiempo.
Estaba de buen humor cuando llegó la mañana y fui ágil a echarle un vistazo a Lali. Por lo tanto, cuando llamé a su puerta, no esperaba ser respondido con silencio. Llamé de nuevo.

Nada.

Mi corazón se disparó, seguro de que a pesar de mi cuidado, ella había tratado de
escapar una vez más. Abrí la puerta y miré alrededor de la habitación. El olor de la sangre invadió inmediatamente mis sentidos y me sorprendí al descubrir que mi primer instinto no fue hambre, sino una embargante sensación de comprobar que Lali estuviera bien.
Una emoción a la que no estaba muy acostumbrado me asaltó cuando la vi. Era una extraña mezcla de alarma, preocupación y protección. Estaba sentada en una esquina de la habitación, temblando mientras sujetaba sus piernas fuertemente contra su pecho. Sus ojos verdes desvelaban total y absoluto terror.
Sabía que algo estaba increíblemente mal, pero no podía ni siquiera empezar a imaginar lo que podía haber pasado para causar tal reacción por parte de ella.
—¿Lali? —pregunté, preocupado.
Me arrodillé delante de ella y traté de apartar su cabello de su cara. Ella se encogió ante mi tacto, un cruel contraste ante cuán cómoda y segura estuvo conmigo la noche anterior cuando voluntariamente se había apretado contra mí en el sofá del salón y mientras estaba tocando el gran piano.
Un enfermizo pensamiento se formó en mi estómago mientras una posibilidad tras otra venía a mi mente. No podía entender qué le estaba causando estar así.
—¿Qué ha pasado, Lali? —le urgí.
Sus labios temblaban muchísimo, estaba seguro de que no podría entender una cosa que saliera de su boca incluso aunque decidiera responder mi pregunta. Ahí fue cuando me di cuenta de algo que ella estaba agarrando con su tembloroso puño derecho. No quería hacerlo, pero no importaba cómo se encogió, forcé su mano, desesperado por saber qué estaba pasando. Era un mechón de cabello rubio. Mis cejas se juntaron. Justo entonces, uno de los guardias entró a través de la puerta abierta.
—¿Señor? —habló.
—¿Qué? —pregunté, sin molestarme en mirarle.
—Una de las chicas, Mery. Ha desaparecido.

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O.O oh, ¿Qué paso? C : ok, que tengan una linda tarde chiquitinas.

lunes, 2 de diciembre de 2013

A Shade of Vampire: Capitulo 21.

¡HOLAS mis nenas! :) ¿Cómo tan? :) , espero que estén pasando un lindo lunes... faltan 18 días para que mis primas vengan de Miami y no hay nada en este mundo que me ponga triste, asique, comenten mucho, las quierooo, mucho, mucho, mucho.

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;)

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Chupé la sangre de mi joven víctima y justo cuando estaba por beber la última gota: la que causaría que su corazón dejara de latir, un momento de claridad vino a mí. Por razones que no podía entender o siquiera comprender —y no estaba seguro de si  quería— me di cuenta que todo el tiempo que estuve sosteniendo a esta bella extraña en mis brazos, alimentándome de ella, se sentía como si estuviera traicionando a Lali.

Mariana.


Era imposible no saber que Peter había llegado ya al pent-house. Las chicas y yo , Mery, Daky, Euge Rochi— estábamos cocinando lo que asumimos sería la cena. Era difícil de decir considerando la falta de luz del sol, pero todas decidimos que estábamos hambrientas y basadas en nuestras estimaciones de cuantas horas habían pasado, era la cena. 

Estábamos teniendo en realidad un buen rato. Ya le había dicho a las chicas que no había forma de escapar —al menos no todavía— no hasta que tuviéramos un plan solido, así que solo pasamos el día tratando de hacer lo que Peter nos sugería hacer: entretenernos a nosotras mismas. Vimos TV, leímos libros, e hicimos planes de lo que queríamos hacer con el cuarto extra que Peter me permitió tener. Hasta los guardias, Nicolas y Agus, parecían disfrutar de nuestra compañía. Ellos definitivamente no dieron signos de querer chuparnos a ninguna de nosotras hasta dejarnos secas.

Así que cuando Peter irrumpió en el pent-house, gritando mi nombre como si fuera homicidio sangriento, realmente no tenía ni idea de lo que había hecho mal o por qué parecía tan enojado conmigo. Lo que sí sabía era que sentía nada excepto terror mientras me aproximaba a él tan rápido como me era posible.
  
Él estaba de pie en el centro de la sala de estar, músculos tensos, sangre cayendo de las esquinas de sus labios, luciendo más amenazante de lo que lo había visto lucir antes. La delgadez de su cuerpo se hinchó con cada respiración mientras daba unos pasos firmes hacia mí.


—¿Qué sucedió? —me las arreglé para chillar en pregunta.

En respuesta, él agarró mis hombros y me levantó del suelo. Gemí para mis adentros, bastante segura de que mi espalda iba a golpear de nuevo una pared o cualquier superficie lo suficientemente dura para estampar mi cuerpo. En su lugar, me encontré siendo empujada a un sofá mientras él se paseaba por el suelo en frente de mí, exudando una intensidad que no había visto de nadie antes. Agarré los brazos de cuero blanco del sofá en el que estaba sentada, una forma de tranquilizarme a mí misma para el arrebato que este melancólico vampiro estaba a punto de tirar en mi camino.

Ver a Peter actuar como un toro viendo rojo, me hizo preguntarme si todos los vampiros eran como él. Meditabundos e intensos e incapaces de reír o incluso el menor atisbo de alegría. Recordé a Nicolas y Agus y como ellos parecían estar de un humor ligero y casual cuando lidiaban con nosotras las chicas en la tarde. Me pregunté cómo podían estar tan relajados cuando los Lanzani eran tan intensos y tensos.

Peter por fin paró de pasearse y quedó justo de frente a mí. Luego se sentó sobre el borde de la mesa y apoyó los codos sobre las rodillas, sus manos juntas, la mirada baja antes de pronunciar lo que fuera que estaba en su mente. 

—Lo que me contaste aquella noche… en el Santuario, la primera vez que me viste, ¿por qué lo dijiste?

Luché por recordar lo que le dije. Su presencia era tan abrumadora, tan consumidora, se sentía como si estuviera llenando toda la habitación. 

—No recuerdo…

—Estaba a punto de alimentarme de ti. Te dije que no podía evitarlo. Dijiste... 

—... que reconocía una excusa cuando escuchaba una y que no debías hacerte pasar por la victima.
  
—¿Soy una víctima?


Pensé que era una pregunta capciosa. Lo miré durante un par de segundos, preguntándome si se había dado cuenta de cuan loca sonaba la pregunta viniendo de él. ¡Por supuesto que él no era la victima! ¡No era el que había sido capturado contra su voluntad y encarcelado, en un ciertamente impresionante y lujoso pent-house, pero estando prisionero de todos modos!

Él era el rey de los vampiros, temido, venerado y admirado. ¿Cómo en la tierra podría ser la victima?

Estudié su apariencia, preguntándome qué era lo que pasaba por su mente. Antes de siquiera pensarlo lo alcancé y limpié la sangre de su boca con un pañuelo. 

—Te alimentaste de alguien.

Fue cuando dejó de respirar y sus puños se tensaron.

—Ella no era mucho mayor de lo que tú eres. Dieciocho o diecinueve. Era una Cazadora de la Oscuridad. El enemigo. Encontré placer en sacar cada poco de sangre de ella. —Alzó sus ojos azules para encontrarse con los míos y la menor de las sonrisas se formo en sus labios—. Lo disfruté de la misma manera que lo habría hecho contigo.

Me tensé, confundida por lo que estaba tratando de decir. 

—¿Por qué me estás diciendo esto, Peter?

Una expresión de dolor torció su rostro cuando empezó a hurgar con sus dedos. Sacudió la cabeza lentamente antes de responder:

Porque no quiero disfrutar de ello. De hecho, echo de menos ser la víctima, pero esa noche… tú me viste como alguien que juega el papel de una víctima... ¿Por qué?

Pensé un poco en ello.

¿Por qué dije eso? En ese momento, lo único que quería de él era que no me matara, pero pude haber dicho muchas cosas. ¿Por qué eso? Me atreví a tomar su mano antes de contestar. 

—Porque no creo que seas un esclavo de lo que te has convertido. No creo que simplemente no puedas.
 

Me miró con demasiada intensidad, empecé a preguntarme si había dicho algo malo, así que me relajé cuando su rostro de alguna manera se relajó y levantó una mano para peinar una hebra de cabello que había caído a mi cara. 

—Eres una maravilla.

Ante esa declaración, tuve que sonreír.

—Dudo que sea mucho una maravilla... Al menos no comparada contigo.

—¿Qué quieres decir? —Parecía sorprendido.

—Los guardias nos contaron sobre cómo eres una leyenda en la Sombra de Sangre, salvador de los vampiros. Todo sonaba bastante impresionante-

Él apartó la mirada, casi como si estuviera preocupado por lo que dije. 

Encontré eso extraño. Después de un cumplido de esa magnitud, esperaría de un chico el estar orgulloso, regodeándose, hinchar el pecho y tener esa mirada en su rostro para que todos supieran que en verdad era él quien hizo eso. Es definitivamente como Gas hubiera reaccionado. No Peter.

—Salvador de los vampiros… —se burló—. Se supone que debo reinar sobre los de nuestra especie. Dicen que mi reino traerá un verdadero santuario a los vampiros. No estoy seguro de si merecemos ser salvados. Después de todo lo que hemos hecho… después de todo lo que estamos haciendo... —Me dio una larga y significativa mirada y retiró la mano fuera de mi alcance—. Mira lo que te estamos haciendo.

A eso, no sabía cómo responder. Extrañaba mucho a Gas. No había un momento despierta desde que llegué aquí en el que él no estuviera en el fondo de mi mente, en el que no me estuviera preguntando en qué estaba pensando o cómo estaba lidiando con mi desaparición.

Me pregunté cuantos de los humanos que habían tomado habían sido separados de sus seres queridos. Para mi alivio, Peter no parecía interesado en una respuesta.
  
—Mi padre era un agricultor —comenzó—. Eso es lo que hicimos antes de convertirnos en esto. Nosotros cultivábamos trigo y plantábamos verduras. Era una humilde existencia, pero éramos felices. Entonces una noche, mi padre y Benjamin fueron a la ciudad para comerciar nuestros bienes. Candela y yo salimos por madera. Cuando regresamos nuestra madre estaba muerta, su sangre succionada. 


Tragué saliva mientras escuchaba y me imaginaba como se habría sentido.

—Candela juró que era una bestia salvaje. Me ridiculizaron pero yo sabía que era un vampiro. Solo tenía trece en esa época, pero estaba tan seguro de que un vampiro asesinó a mi madre, así que encontré una manera de unirme a los Cazadores de la Oscuridad. Por cinco años, fui uno de ellos y maté muchos, muchos vampiros. Así que imagina mi sorpresa cuando en mi decimo octavo cumpleaños, mi padre vino a casa y era un vampiro. Debí haberlo matado. Realmente debí, pero no pude. Aún era mi padre. Él convirtió a Benjamin, Candela y a mí esa noche. Me convertí en la misma criatura que había cazado, la criatura que odiaba.

—Si odias tanto a los vampiros, ¿por qué pelear por salvarlos? ¿Por qué establecer la Sombra de Sangre?

—Nunca fue sobre salvar a los vampiros. Los próximos cien años después de que fui convertido fueron sobre salvar a mi familia. Solo sucedió que no podía salvarlos a ellos sin salvar también a los que nos habían ayudado a sobrevivir. Nunca pensé que la Sombra de Sangre se convertiría en lo que es ahora.

No podía ni siquiera empezar a imaginar lo que esos años fueron para él, cuán atormentado se tuvo que sentir, pero si quería que reconociera que él era la víctima en su propia experiencia, no estaba a punto de darle eso. Él era demasiado fuerte, demasiado poderoso y demasiado influyente para desempeñar el papel de víctima.

—Lamento por lo que tuviste que pasar y estoy… honrada de que me hubieras dicho esas cosas, pero eres fuerte y eres un líder, te guste o no. En todo caso pareces ser el único aquí que tiene el poder para cambiar las cosas… para mejor.

—No sé cómo hacer eso.

—Bueno, ¿quien dijo que tenías que averiguarlo todo esta noche?

Agarré su mano, me levanté y tiré de él hacia arriba. No sé qué me poseyó para hacerlo, pero lo empujé hacia el sofá más grande, disfrutando de la curiosidad de sus ojos cuando me senté en el espacio junto a él. Suspiré antes de poner su brazo sobre mi hombro y acurrucarme junto a él.

—Ya hemos tenido mucho drama por una noche, ¿no crees?

—Es cierto. —Su tono parecía más ligero, más relajado mientras pasaba sus dedos encima de mí hombro desnudo—. Ahora que vergonzosamente he derramado mis agallas ante ti, tal vez es hora de que me digas más de ti.

Me quejé.

—¿Y profundizar en mi drama? No lo creo. Pasemos la noche introduciéndote a la versión de hoy de entretenimiento.

Agarré el mando a distancia y encendí el televisor de pantalla plana. No pude hacer más que sonreír por la fascinación que despertó en sus ojos.

—¿Qué en la tierra es eso? —preguntó.

—Un espejo mágico —bromeé con él antes de explicarle de la mejor manera posible que era un set de televisión. Le pregunté si quería ver una película, recordando la extensiva colección de DVD’s que habíamos encontrado antes esa noche. Le pedí que eligiera una película y volvió con dos elecciones muy interesantes Chicago y El Padrino . Era casi un reflejo de la clase de persona que era —un músico y un asesino cuya lealtad a la familia se interponía ante todo— de cualquier manera, atormentado, con la oscuridad que constantemente se cierne sobre él.

Como yo no estaba para ver ninguna película, le sonreí, recordando su solicitud y cómo Candela se las arregló para hacer que sus seguidores hicieran que se haga inmediatamente.

—Tengo una mejor idea.


Me hizo gracia la mirada interrogante que me dio cuando me levanté, puse los DVD’s que escogió en la mesa de centro. Agarré su mano y tiré de él hacia la sala de música. El verdadero placer en sus ojos cuando vio el cuarto era casi entrañable: como si fuera un chico a quien se le muestra un cuarto lleno de sus juguetes favoritos. 

—Candela lo hizo tan rápido...

—Tu hermana realmente te ama… —Había amargura en la forma que dije las palabras, celosa de que tuviera una familia que adorara el suelo por el que él caminaba mientras yo tenía una familia que me abandonó y me dejó al cuidado de otra familia.
Se sentó frente al negro piano de cola y dio un golpecito en el espacio junto a él.

—Siéntate.

Note como él nunca me decía por favor. Con él, no había nunca peticiones, solo órdenes.

Rodé mis ojos, no acostumbrada a que me dijeran qué hacer. Los Dalmau nunca me prestaron demasiada atención a lo que hacía o no hacía mientras no me metiera a mí misma o a sus hijos en problemas. Gas no era muy autoritario cuando se trataba de mí. Había algo acerca de Peter a lo que pensé que nunca me acostumbraría, pero de todas formas, me encontré sentada junto a él mientras tocaba una fascinante melodía que simplemente me dejó sin aliento. 

En medio de su actuación, me di cuenta que este era exactamente el efecto que Peter Lanzani tenía en mí: siempre se las arreglaba —de una forma u otra— para quitarme el aliento.  

jueves, 28 de noviembre de 2013

A Shade of Vampire: Capitulo 20.

¡Holas! :) ... ya se lo que pensaron eh, pensaron que yo las iba a dejar sin nove hoy... (? JAJAJA estaba estudiando, porque sin querer puse Fox cuando iban a dar Aliados y me enganche... otra vez, y llore... otra vez, y ahora estoy viendo Aliados otra vez ¿Qué les parece? -.- y bueno, ya me lo se todo (ojala) :) buuueeenooo las dejo de aburrir y con el cap...

miércoles, 27 de noviembre de 2013

A Shade of Vampire: Capitulo 19.

¡Holas! como se darán cuenta hoy es un dia muy #TrisFeliz si, porque por un lado termina Aliados :( y por otro mis chicos estarán en el Rex :) pero también es triste porque no los podre ver, y no están todos juntos... Esto me esta partiendo el alma, me siento terrible, y ver Aliados y pensar que no los volveré a ver hasta el año que viene, bueno, eso lo empeora... Pero hay que ver el lado positivo (¿Cuál es?) bueno; que Cris cerro otra etapa, nacieron nuevos talentos, que nuestro Peter y nuestro Pablito volvieron al Rex (a su casa), la dueña del Rex, la mujer que todo lo hizo posible, aquella que nos anima, y demuestra que el camino que debemos tomar es el del bien, bueno ella... esta de nuevo donde todo ocurrio, el lugar que nos hizo llorar (y para los que no estuvieron presentes lloraron desde cualquier ugar donde los vieron), si yo fuese de Argentina, uff... me meterían presa por estar molestándolos a ellos, echaría todo a la mierda para poder acompañarlos y mimarlos... pero lamentablemente la vida me quiere lejos (puta distancia) y por eso, deverias disfrutar la vida al máximo (si sos de alla) o como a Rochi :) Lali esta ahorita en Peru de donde es ella, RO DISFRUTALA, MUCHO, MUCHO, (recuerda de lo que hablamos ;) JAJAJAJA) bueno chicas, las dejo con el cap, porque se que quieren leer ;) nos leemos mañana y les mando el que se llama beso (? JAJAJAJAJAJA.

A Shade of Vampire: Capitulo 18.

¡¡¡¡¡PERDONENME!!!!! les juro que iba a subir, pero oense que les estaba subiendo los capítulos muy adelantados y me puse a pintarme las uñas... las cuales quedaron hermosas: el meñique me lo pinte de morado, el anular celeste, el del medio morado, el índice plateado brillante y el pulgar de morado *-* yo estoy enamorada de ellos (?... ok, me fui del tema... bueno y cuando se estaban secando me acosté y cerre los ojos y que "para descansarlos" y me quede dormida (? JAJAJAJAJA bueno che, ayer hice mucho, y estaba cansada ?que quieren que haga?, además tuve que ayudar a mi prima con una tarea de matemática (no se porque me dijo a mi, si yo soy malísima en matemática) -.-, pero bueno, la cosa fue asi; ella me enseño mas a mi, que yo a ella -.- emmm... bueno las dejo con el cap... a la noche vuelven a entrar aca que yo subiré otro cap ¿okis? ¡okis! :) besos.

martes, 26 de noviembre de 2013

A Shade of Vampire: Capitulo 17.

¡Holas :)! casi, casi, solo uno y terminamos :( y no nos leeremos hasta mañana ;)... se los dejo rapidito chauuuu.

A Shade of Vampire: Capitulo 16.

ENTREN ACA! porfi (? ok, las amo...

A Shade of Vempire: Capitulo 15.

¡HOLAS! para escribir esto tengo que abrir los ojos mas que puedo (las matare) eso duele... :( ahhhhhh! quiero que esto se me quite, me pican mucho los ojos y no puedo restregármelos, me arden y los siento hinchados, y igual les estoy subiendo capítulos -.- deberían amarme, y decirle gracias a Dexter que me esta haciendo cosquillas en mis pies para que no me duerma (? JAJAJAJA amo a ese cachorro, lo es todo :) bueno, las dejo de aburrir y acá esta el capitulo...

A Shade of Vampire: Capitulo 14.

A nadie le haría mal 10 capitulo en vez de 9 ¿no? :).

A Shade of Vampire: Capitulo 13.

¿Qué les parece si les digo que dormirán juntos... en la misma cama, mismas sabanas... mismo calor? ;).

A Shade of Vampire: Capitulo 12.

—Mucho más que antes —dijo Benjamin, casi sonaba indignado de que yo no lo supiera, como si fuera mi culpa que los Cazadores de la Oscuridad fueran tan poderosos—. Somos el aquelarre más fuerte y más poderoso que queda. Muchos de los ciudadanos de la Sombra de Sangre, los llamamos Inquilinos, escaparon de aquelarres que los cazadores lograron encontrar y aniquilar por completo.

A Shade of Vampire: Capitulo 11.

¡Holis! :) siento que mi ojo no se ve (? JAJAJAJA, las amoooooooooooo.

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Peter.

Cuatrocientos años. Se han ido. Solo así.

Mientras Benjamin y Candela me llevaban fuera del Santuario, al parecer, a la morada de Emilia; no pude evitar maravillarme por como se las habían arreglado ellos para transformar la Sombra de Sangre en los pasados cuatro siglos. Antes del hechizo, la isla que habíamos ocupado y llamado la Sombra de Sangre no era más que una fortaleza rodeada de un bosque oscuro con sus altísimas e imponentes secoyas. Hicimos un pequeño claro en medio del bosque y lo llamamos El Valle. Ahí fue donde empezamos a hacer planes con respecto a lo que la Sombra de Sangre algún día sería. Nunca pensé que posiblemente esos planes realmente se materializarían, pero aquí estaba, delante de mis propios ojos, más impresionante de lo que estaba en mi imaginación.

Mientras salíamos del Santuario y, finalmente, entrabamos en lo que ahora era el Valle, hice una pregunta tras otra para satisfacer mi curiosidad y hacerme olvidar mi hambre. Lali y las otras esclavas estaban caminando detrás de nosotros, escoltadas por los guardias. Estaba tan consciente de la proximidad de Lali, ya que todavía estaba abrumado por el olor de su sangre.
 
—¿Qué pasó con los animales salvajes que ocupaban el bosque? 

—Habíamos hecho planes para mantener nuestras residencias encima de las secoyas, porque la vida salvaje resultaría una molestia.

—Están alrededor —explicó Candela, mientras tomábamos un ritmo pausado para pasar más allá del Valle—. Gimena nos ayudó a reunir a la mayoría de los animales salvajes en ciertas partes de la isla que llamamos madrigueras. Algunos de los más feroces, sin embargo, se mantienen en las Celdas.

—¿Las Celdas?

—Las prisiones —Benjamin se entrometió—. Ya sabes, están situadas en las Colinas Negras —se encogió de hombros—, las cadenas montañosas. Las mazmorras y los cuartos de las esclavas permanecen allí.

Levanté una ceja.


—¿Lali?

No me perdí como los ojos de Candela me disparaban una mirada interrogante. Sabía que estaba intrigada por la preocupación que estaba mostrando por la chica. En ese momento, no había manera que yo le explicara exactamente a mi hermana cómo veía a Lali: un rayo de luz. La verdad era que incluso yo no me entendía completamente.


—Los Harenes permanecen en las Residencias con sus cuidadores —explicó Candela, asegurándome que Lali no iba a ninguna parte sin mí.


Asentí con la cabeza.

—Y ¿qué son exactamente las Residencias?

—Lo sabrás muy pronto. Ahí es a dónde vamos. —Había una cierta petulancia en el tono de mi hermano. Me imaginé que estaba muy contento de que él tenía cuatrocientos valiosos años de experiencia y conocimiento sobre mí.
Miré hacia mis hermanos, preguntándome acerca de la cantidad de conocimiento y sabiduría que habían logrado acumular durante todo ese tiempo. No sabía si era la parcialidad en contra de mi hermano o el hecho de que nunca nos acercamos debido a cómo nuestro padre siempre nos enfrentaba cara a cara, pero Benjamin no parecía ser más sabio de lo que era cuando fui puesto bajo el hechizo de Gimena hace mucho tiempo. Candela, por otro lado, tenía una solemne aura sobre ella y no pude evitar sentir una especie de reverencia hacia ella.

Entonces empecé a preguntarme dónde estaba mi padre. El hecho de que yo no tenía ningún apremiante deseo de verlo me decía mucho acerca de mis sentimientos hacia él. De inmediato supuse que estaría en la Fortaleza Carmesí, los enormes muros que, estaba seguro, fueron construidos para proteger la Sombra de Sangre antes de que yo buscara escapar. Me encontré preguntando para verificar si la fortaleza seguía fuerte, en pie y si Oliver, el siempre feroz guerrero, estaba allí.


—La fortaleza es más fuerte que nunca. Tenemos caballeros, guardias y exploradores apostados en sus muros para mantenernos seguros a todos —aseguró Candela.


—¿Caballeros ? ¿Exploradores?

—Los caballeros son miembros de la Élite que también sirven como guerreros —explicó Benjamin—. Los exploradores son aquellos a los que enviamos al mundo exterior para suministros o sangre nueva.


No estaba seguro de lo que sentía por ese último pedazo de información. No pude evitar preguntarme si había una manera para que nuestra especie sobreviviera sin aprovecharnos de los humanos. Estaba seguro de que solo decir aquellos pensamientos en voz alta, serían etiquetados como un sacrilegio por mi padre.

—¿Y padre?

—Se está reuniendo con los líderes de los otros aquelarres para discutir cómo detener a los malditos Cazadores de la Oscuridad de una vez por todas —explicó Candela.
Mi mandíbula se tensó ante la mención de los cazadores dedicados a terminar con nuestra especie. Recordaba un tiempo en que yo había sido uno de ellos. Eso había sido hace mucho
tiempo.

—¿Siguen siendo una amenaza? —pregunté.

A Shade of Vampire: Capitulo 10.

¡Hola lindas mías, del alma! =D (la sonrisa de Ro) JAJAJAJA, emmm... bueno les quería decir, que hoy subiré 9 capítulos, y por eso serán cortos, también que no subí, porque tengo conjuntivitis, y me molesta un poco la vista tanta luz, pero el oftanmologo (o algo asi) dijo que estaría mucho mejor para el lunes -.- si, para el lunes, yo estuve a punto de ahorcar a mi prima (la cual me contagio esta estúpida enfermedad) asique, bueno, aca les dejo el segundo, las quiero, besos.

A Shade of Vampire: Capitulo 9.

Envolví un brazo alrededor de su pequeña cintura y la levanté del pilar, apoyando su peso en mis caderas. Ella trató de apartarme, trató de liberarse de mis manos, pero no pasó mucho tiempo para que se diera cuenta de que no había escapatoria. Yo era demasiado fuerte y ella estaba a mi completa merced. Ella lo sabía. Yo lo sabía, y me odiaba a mí mismo, porque en ese momento, no había ni un solo latido de misericordia corriendo por mis venas privadas de sangre. No había nada en mí, sino una necesidad animal y primitiva que estaba pidiendo a gritos ser satisfecha: el hambre.

viernes, 22 de noviembre de 2013

A Shade of Vampire: Capitulo 8.


¡ÚLTIMO CAPITULO DEL MARATON! :C ya no nos leeremos más, hasta el lunes :c el próximo viernes… Maraton ;) las quiero tanto, espero que hayan disfrutado del maratón :D ¿está muy buena la nove no? J Bueno, chau, no las aburro más…

A Shade of Vampire: Capitulo 7.


Cuarto cap :c espero que les guste besos.

Blog: abetterworldlaliter.blogspot.com

Twitter: @AnglesCasi.

 

Cinco hermosas y jóvenes chicas —inocentes— y no mayores que yo cuando me había convertido en vampiro, estaban frente a mí. Podía sentir su miedo y el depredador en mí estaba desesperado por liberarse. Me odiaba por eso, pero no quería nada más que drenar hasta la última gota de sangre de cada una de ellas.

 

Mariana.

 

Mis ojos estaban pegados al joven que Candela estaba abrazando hace pocos minutos. No había duda en mi mente de que era él. Era él por el que Candela le dijo a Benjamin que yo estaba aquí. Él era sobre el que los guardias y sirvientes susurraban. Era Peter Lanzani.

Poco después, Candela me dejó dentro de la mazmorra, guardias llegaron para llevarme a otra área del lugar que llamaban la Sombra de Sangre. Yo y otras mujeres de mi edad fuimos llevadas afuera por una red de cuevas subterráneas que llamaron Las Celdas. Asumí que era la clase de sistema penitenciario de la Sombra. Mi primer instinto fue tratar de averiguar dónde estábamos.

Todo lo que vi fueron los árboles más altos que mis ojos que habían puesto encima. Supuse que eran secoyas gigantes que había leído en libros. Nos rodeaban por todos lados excepto por uno, que por lo que vi, consistía en una enorme cadena de montañas, cuyos acantilados desiguales deletreaban peligro. Era el intrincado sistema de cuevas de esta cordillera adecuado para esculpir calabozos lo que nos mantuvo a todas adentro. Me quedé impresionada por la forma en que fueron capaces de llevarlo a cabo, pero no podía evitar preguntarme si la sangre humana fue derramada para transformar Las Celdas en una realidad.

En las celdas, los guardias ordenaron a nuestras chicas formar una sola línea y seguirlos a medida que nos guiaran en un camino de tierra directo a la oscuridad, al bosque oscuro. Mis dientes castañeteaban mientras nos conducían bajo las sombras de las ramas de los árboles delgados pero fuertes. En realidad no era el frío lo que me hacía estremecer, aunque el aullido del viento realmente no estaba ayudando, especialmente teniendo en cuenta la vestimenta que llevaba puesta. Era solo que todo lo relacionado con el bosque en el que nos encontrábamos, me recordaba a esos sobre lo que leí en los cuentos de hadas, el hogar de grandes lobos malos y criaturas nocturnas esperando para devorar a cualquier desafortunado transeúnte. En ese momento, me arrepentí de haber visto alguna vez películas de terror, porque estaba casi segura de que estábamos siendo conducidos a una especie de terrible y espantosa muerte. Bajo la merced de los vampiros. Cerré los ojos y sacudí ese pensamiento. Realmente no estaba ayudando a mi situación.

Probablemente habían pasado menos de diez minutos, pero se sentía como si hubiésemos estado caminando por horas para el momento en que una salida del bosque encantado quedó a la vista. Entramos en un gran claro, que a partir de una lectura rápida de lo que estaba alrededor, parecía estar situado en el centro de un enorme bosque.

—Esto, bellezas —habló uno de los guardias, sin molestarse en ocultar que estaba mirándonos de reojo a todas y cada una de nosotras—, es el Valle.

Me preguntaba qué nos deparaba allí destino. Aún consciente del terror que sentía, me encontré dando paso a una nueva sensación en el interior: el temor. El camino de tierra por el que estábamos viajando con el tiempo nos llevó a una calle de adoquines que estaba llena de vida. Era obviamente una especie de centro para el comercio basado en la gente pululando por el lugar, como si fuera la cosa más normal del mundo ir al mercado a esta impía hora de la noche.

Casi olvidé mi miedo por un momento mientras mis ojos se abrían con fascinación. Partes del Valle parecían una ciudad que había aparecido justo de la época medieval. Las calles estaban iluminadas por lámparas en llamas. Techos de paja, exteriores de arcilla, carpas que albergaban una gran variedad de mercancía. Algunos edificios, por otro lado, me hicieron inclinar la cabeza hacia un lado, preguntándome para qué eran exactamente, considerando sus únicos diseños arquitectónicos geométricos y angulares. Era casi como si estuviéramos en una ciudad que logró mezclar el pasado y el futuro en un lugar y empecé a preguntarme cuánto tiempo había pasado desde que el Valle existía.

Dimos una media docena de vueltas por el laberinto de calles hasta que fuimos llevadas a la puerta principal de un edificio de dos pisos, cuyos exteriores estaban pintados con una variedad de bonitos colores pastel. No pude evitar notar cuán fuera de lugar estaba comparado con el oscuro ambiente general que me estaba llegando del resto de la Sombra de Sangre. Nos acompañaron a través de las puertas dobles de cristal y me encontré completamente confundida. Estaba esperando ser llevada a algún tipo de mazmorra o sala de interrogatorios, un lugar oscuro y amenazante. En su lugar, nos llevaron a un... spa. El olor a jazmín y lavanda, el sonido de las fuentes brotando, la buena y rítmica música... No tenía idea de qué hacer con todo el asunto. Se sentía casi como si estuviera en el spa al que a menudo me arrastraba Gas por masajes en las vacaciones.

Pronto supe que llamaban a aquel lugar "Los Baños". Al entrar en el vestíbulo del edificio, los guardias inmediatamente nos entregaron al cuidado de varias mujeres, quienes yo asumí estaban en sus veintes. A partir de ahí, cada una de nosotras dio paso a una serie de regímenes de belleza, como un baño caliente, masajes, manicura, pedicura y tratamientos faciales. Fuimos perfumadas con esencias que encontré absolutamente embriagadoras. Finalmente, llevando batas de seda, fuimos enviadas a un vestidor donde una joven mujer de cabello oscuro nos entregó paquetes que contenían lo que íbamos a usar. Sentí mi estómago apretarse cuando vi la ropa interior de encaje y el vestido blanco perla que me habían dado. Me di cuenta de repente para qué eran todos esos tratamientos de belleza. Nos estaban preparando para él. Me encontré temblando mientras me ponía la ropa, el vestido abrazando mis curvas en los lugares adecuados. Comprobé la forma que me veía en frente del espejo de cuerpo entero y respiré. No podía recordar haberme sentido más hermosa de lo que lo hacía en ese momento, y sin embargo, no sentía nada más que pavor. Tenía una sensación siniestra de que probablemente no era beneficioso para una joven tener un aspecto impresionante en la Sombra.

—Te ves hermosa —me dijo la mujer de cabello oscuro que nos entregó la ropa, mientras ayudaba a subir la cremallera de mi vestido de la parte posterior.

—¿Para qué es todo esto? —le pregunté en un susurro ronco—.  ¿Por qué nos están emperifollando así?

Al verla a través del reflejo en el espejo, la tristeza que trazó su bonita, cara redonda no escapó de mi atención.

—Los rumores son que ustedes chicas van a formar parte del harén del príncipe. Todos los de la élite de la Fortaleza de Sangre tienen harenes. Ustedes chicas son lo suficientemente afortunadas de haber sido elegidas para servir al mismo legendario Peter Lanzani. Eso es todo lo que te puedo revelar, pero una cosa que sí sé con certeza es que no puedes permitirte el lujo de disgustar al príncipe.

Pasó una suave mano sobre mi cabello castaño, organizándolo de modo que cayera perfectamente en su lugar. 

—Pero no te preocupes… teniendo en cuenta lo impresionante que te ves, dudo que sea difícil para ti complacerlo. —Entonces ella se alejó, dejando claro que no estaba dispuesta a decir nada más.

Complacerlo. Escalofríos corrieron por mis huesos mientras preguntas sobre mi destino comenzaron a inundar mi mente. Ser miembro del "harén" de alguien sonaba aterrador par0 a mí, pero sabía que fisgonear para obtener más respuestas probablemente metería a alguien —muy probablemente, a mí misma— en problemas. Por lo tanto, tenía que conformarme con mantener el espíritu abierto a los susurros que se intercambiaban a mí alrededor. Todo lo que deduje era que el príncipe había estado dormido durante cientos de años, y que "los vampiros" lo ven como una especie de "salvador".

También me di cuenta de que las mujeres que nos emperifollaron eran todas humanas. Me pregunté si ellas también fueron secuestradas como yo.

Una vez que estuvimos listas, los guardias que nos habían escoltado a "Los Baños" vinieron por nosotras. Nunca olvidaré la mirada en el rostro de uno de los guardias cuando nos vio.

—El príncipe es un bastardo con suerte —murmuró en voz baja, antes de darnos instrucciones para ponernos de pie y seguirlos.

Nos llevaron de nuevo a lo largo de las calles empedradas del Valle. Esta vez, sin embargo, estaba demasiado superada por la ansiedad como para preocuparme en admirar las impresionantes estructuras de la ciudad. Mantuve los ojos bajos, reflexionando sobre lo que el destino tenía para nosotras en el almacén. No pasó mucho tiempo antes de que nos llevaran a una salida en un lado diferente de la ciudad. Una vez más nos encontramos a nosotras mismas siendo conducidas a través del bosque. Afortunadamente, solo tomó alrededor de un par de minutos atravesar los oscuros bosques antes de llegar a otro claro. Solo hubo una estructura que se presentó así mismo a nosotras, un templo de clases, con un exterior blanco y un techo como una caverna. Bajo la luz de la luna, la blancura del edificio casi parecía que brillaba en medio del negro de la noche que lo rodeaba.

—Bienvenidas al Santuario, señoritas —dijo uno de los guardias, con una sonrisa en su rostro mientras abiertamente nos miraba lascivamente con sus ojos de oro ámbar.

Nos hicieron entrar por la puerta principal. Fue en el pasillo bien iluminado en frente de nosotras que vimos a Benjamin y Candela. Podía sentir los ojos de Benjamin en mí, haciendo a mis interiores retorcerse. Candela nos instruyó a seguirlos y lo hicimos. Pronto nos giramos en una esquina y entramos en una cámara de luz de grandes velas.

Allí de pie, me encontré incapaz de fijar mi mirada lejos de Peter Lanzani, preguntándome acerca de todo el alboroto que le rodeaba. Él era lo que toda adolescente probablemente describiría como caliente, lo que era bastante irónico teniendo en cuenta lo pálido y frío que parecía. Tenía las mismas características que su hermano, pero había algo más refinado en él. Había un atisbo de puerilidad en su rostro. Al instante me di cuenta de que era más joven que Benjamin. Me entretuve en la idea de que quizás yo estaba realmente mejor bajo su merced que en la de Benjamin. Sin embargo, las palabras que Candela me dijo antes me dejaron hechizada.

"Tu mejor posibilidad  de sobrevivir y demostrar tu importancia es ganar el afecto de Peter... No estoy segura de que sea siquiera posible. "

—¿Cuál es el significado de esto? ¿Por qué las traerías a mí? —habló Peter. Su voz era profunda y poderosa. Respiraba pesadamente mientras decía cada palabra.

—Aléjalas de mí.

—No podemos hacer eso. —Candela negó con la cabeza—. Tendrás que aprender a controlarte a ti mismo con ellas. Te daremos sangre para alimentarte muy pronto, pero por ahora, necesitas mantenerte bajo control cuando estés a su alrededor.

—Si no quieres que mueran, ¿por qué llevarlas a mí ahora? —Su voz resonó por el cavernoso pasillo.

Todo acerca de su actitud, la forma en que su pecho se movía, la forma en que sus puños se apretaban, dejando claro que estaba haciendo todo lo que estaba en su poder para mantenerse a sí mismo de atacar a cualquiera de nosotras, quizás incluso todas nosotras.

Me estremecí ante la exhibición de genio de este joven hombre, a cuyo mando inmediato íbamos a ser sometidas.

Candela no pareció inmutarse en absoluto. Con voz calmada, recogida, respondió a su hermano:

—Porque tú y yo sabemos que si vas a enfrentarte a lo que está delante de ti, tienes que ser capaz de controlar tu impulso de satisfacer tu hambre. Estas mujeres fueron cuidadosamente seleccionadas para formar parte de tu harén. Son las más bellas de entre una cacería reciente que hemos hecho.

A pesar de mi situación, mis oídos se animaron a esta última afirmación. Bella no era como algo con lo que me hubieran descrito antes.

Benjamin se echó a reír. 

—Este es un castigo cruel e inusual, Cande. Yo te lo dije. Peter no ha obtenido sangre durante los últimos cuatrocientos años. No se puede esperar que no quiera arrancarles la cabeza a esas chicas. Demonios,  yo me he estado alimentando durante los últimos cuatrocientos años y todavía quiero tener mi camino con ellas.

Peter, todavía luciendo como si estuviera a punto de atacarnos en cualquier momento, simplemente le dio una mirada de reojo antes de vagar sus ojos hacia cada una de nosotras, una por una.

—¿Un harén? ¿Una caza? ¿Desde cuándo tenemos eso? ¿Quiénes son estas chicas y dónde exactamente las “cazaste”?

Benjamin, Candela y la otra mujer presente en la sala lucieron incómodos.

Fue Candela quien finalmente respondió a la pregunta. 

—Son humanas secuestradas en el mundo exterior. Cazamos humanas del mundo exterior para convertirlas en esclavas aquí, para hacer el trabajo necesario. Aquellas que prueban ser útiles son alimentadas sucesivamente. Las más selectas y más bellas entre las cautivas se mantienen por la Élite como parte de lo que comenzamos a llamar un harén hace mucho tiempo. Algunos de los inquilinos favorecidos también tienen una o dos bellezas propias. Las humanas que forman los harenes se mantienen vivas durante un año y quien sea que las posee llega a decidir su destino final después de eso.

—Es solo una excusa para poder tenerlas en cualquier momento —añadió Benjamin con una sonrisa.

Por cómo se veía Peter, no parecía muy contento con la explicación que le habían dado. Él nos miró desde donde estaba, la distancia entre nosotras tan solo a unos pasos de distancia.

Yo no podía dejar de preguntarme lo que pasaba por su mente.

—Sé lo que estás pensando y no, no puedes dejarlas ir, hermano —habló Peter, sonando como si estuviera hablando con un niño de cinco años—. Han visto la Sombra de Sangre. No podemos darnos el lujo de arriesgar a la secta. Se quedan o se mueren.

La expresión de Peter se volvió de completo disgusto. 

—No pueden ser mayores de lo que éramos cuando nos convertimos.

—Lo sé. —Peter sonrió, hablando como si fuera el hecho más divertido conocido por su especie—. Todas tienen diecisiete.

—Los caballeros y los guardias las tomaron a esa edad, porque como sabes, la sangre tiene un sabor más dulce una vez que alcanzan la plenitud de su condición de mujer a los dieciocho años —explicó Candela.

Benjamin se burló de la idea. 

—Por favor. Es todo lo mismo, pero en realidad, Peter, disfruta de ellas. Solo verlas ya es un banquete. Después de que termine el año, imagina todas las cosas perversas que puedes hacer con ellas.

Peter se puso de pie a su completa altura, un par de centímetros más alto que su hermano mayor y comenzó a caminar hacia nosotros. Mi primera reacción fue la de estremecerme mientras se acercaba.

En ese momento, la única manera que se me ocurrió para describirlo era hambriento.

Me quedé allí, segura de que mis rodillas estaban a punto de ceder bajo mis pies. Cambié mi peso de un pie al otro y, al hacerlo, pareció que la palma de mi mano rozó la mano de la chica de cabello rubio de pie a mi lado. Pude sentir su agitación. Tomé su mano y la apreté, con la esperanza de darnos consuelo y quitarla de ella.

El movimiento atrajo la atención de Peter. Nunca me había sentido más vulnerable de lo que lo hice en el momento que los ojos azul eléctrico de Peter Lanzani se establecieron en mí. Su mirada delataba los pensamientos que vagaban en su mente. Yo era un cordero, un cordero
listo para el matadero.

A Shade of Vampire: Capitulo 6


¡HI! Tercer cap!, solo faltan dos J … a menos que quieran mas… ¿quieren?.

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Sus palabras dieron a mi esperanza un duro golpe final. Ella dejó perfectamente claro que donde quiera que este lugar llamado la Sombra de Sangre estuviera, no tenía aliados. No hay amigos. Yo solo tenía que confiar en mí misma. Eso, pensé, era el aspecto más aterrador de mi situación. Después de todo, ¿cómo podía confiar en alguien en quien no podía confiar?

Peter.

 

Al momento en que mis ojos se abrieron, pude escuchar todo, oler todo, sentir todo lo que estuviera  a cuatrocientos metros a la redonda.  Estaba seguro que la sensación por sí misma llevaría a mi cuerpo completamente a un estado de shock, hasta que mi vista se fijó en una cara familiar. La mujer en quién había confiado lo suficiente para confiarle mi escape de todo.

—¿Gimena?

Era extraño. La última cosa que recordaba era el rostro de Gimena mientras me desvanecía en mi sueño. Solo había dormido por un momento antes de despertarme bruscamente. Quería saber si algo había salido mal con el hechizo. Mirando a la bruja, no pude evitar preguntarme cómo era posible que se viese más joven. Encontré mi respuesta cuando la exuberante belleza de piel ligeramente bronceada y una cascada de rizos largos y castaños sacudió su cabeza.

—No soy Gimena. Soy Emilia.

Me levanté de golpe del bloque de piedra que había servido como mi lugar de descanso… por cuánto tiempo, era lo único que podía pensar. Asimilé mí alrededor, estaba en una sala iluminada con velas, pisos de mármol y

Apilares gigantes. La primera palabra que vino a mi cabeza cuando inspeccioné el lugar fue santuario.

Observé a la mujer con la que me encontraba en la habitación, desconfiando de sus intenciones. Me tomó un momento notar su extraña ropa. Observé cómo estaba vestido  y me di cuenta que quizás había pasado más tiempo de lo que había pensado al principio. En este punto, ya no importaba realmente.

El punto era que no se suponía que iba a despertar. Nunca.

Despectivo al ver que me habían despertado cuando había pedido explícitamente que me dieran un escape del que no despertara, grité una orden como príncipe de la Sombra de Sangre.

—Quiero ver a Gimena. Tráela.

Odiaba el tono autoritario que mi voz tomaba naturalmente. ¿Quién era yo para dar órdenes? Yo no era un príncipe, mucho menos el Salvador que Candela decía que era.

La profecía de la que habló justo después de convertirnos en vampiros me perseguía inmediatamente cuando la recordaba.

El más joven reinará sobre padre y hermano y solo su reinado puede proporcionar a su especie verdadero santuario .

Todavía recuerdo cómo lucía la cara de Candela cuando recitó esas palabras. Más que eso, vi las expresiones de mi padre y hermano. Resentimiento.

Cerré de golpe el episodio de nostalgia en el que me estaba hundiendo y alcé una ceja a la mujer frente a mí. ¿Por qué no se estaba moviendo? Estaba sorprendido por mi propia indignación ante la idea de que ella no saltara inmediatamente para cumplir mis órdenes.

A pesar de mis dudas respecto a gobernar, no estaba acostumbrado a que otros no me obedecieran. Después de estar peleando durante cien años para sobrevivir y liderar mi aquelarre en la Sombra de Sangre, había terminado acostumbrándome a ser reverenciado y seguido. No estaba seguro de que me gustara eso sobre mí, pero era lo que había.

—¿Le gustaría que caváramos en su tumba, su Alteza? Dudo que su cuerpo sea de mucha ayuda para aclarar las preguntas que tenga en mente.

Hice una mueca. Su Alteza. Un recordatorio del día en que mi padre se tomó a pecho la tonta idea del aquelarre de proclamarlo rey de la Sombra de Sangre. Sin embrago, el título no me molestaba tanto como la noticia de la muerte de Gimena y la forma en que esta mujer se dirigía a mí. Tragué fuertemente al tiempo que agarraba las esquinas del bloque de piedra en el que estaba sentado.

Las sensaciones cursando a través de mis venas dejaron completamente claro lo que mi cuerpo estaba pidiendo a gritos en ese instante. Sangre. Estaba famélico de sangre. Otro amargo recuerdo del pasado del cual quería escapar cuando autoricé a la bruja a ponerme una maldición de sueño.

Desesperado por desviar mis pensamientos a otra parte, dirigí mi mirada a Emilia.

—¿Quién eres?

—Soy la bruja de la Sombra de Sangre, descendiente de la gran bruja,

Gimena.

Me detuve, manteniendo mi mirada sobre ella. Solo esa información demandaba mi respeto. No había duda de la razón por la que me hablaba de esa manera. Si era descendiente de Gimena, era mejor tenerla como aliada que como enemiga. Solté un suspiro, no muy seguro de querer escuchar la respuesta a mi siguiente pregunta.

—¿En qué siglo estamos?

—Veintiuno.

Desvié mi mirada mientras registraba esa información. Cuatrocientos años. Había escapado por cuatrocientos años.

Emilia comenzó a rodearme como un maldito buitre. Podía sentir su desconfianza. Me estaba escudriñando, quizás preguntándose qué significaba mi despertar para la Sombra de Sangre.

Quería decirle que no significaba nada, porque planeaba escaparme de todo esto otra vez. Pero había demasiadas preguntas atravesando mi  mente, aunque no estaba muy seguro de si quería escuchar las respuestas.

—¿Por qué estoy despierto?

—Simplemente ya era el momento.

—¿Momento de qué?

—De que Peter Lanzani pare de actuar como un cobarde y enfrente lo que se supone que tiene que hacer. Gobernar.

Apreté mi mandíbula, mis dientes rechinaron. 

—No pedí esto.

—Tampoco nosotros, pero si su Alteza está entretenido planeando cualquier idea de volver a su respiro de ensueño, entonces le sugiero que lo olvide ahora, príncipe. Hasta que haya hecho su parte, no hay manera de escapar. Gimena se aseguró de eso.

—¿Qué quieres de…

Antes de terminar con mi pregunta, las puertas dobles hechas de fina acacia se abrieron tambaleantes y mi hermano mayor Benjamin y me hermana gemela Candela, entraron a paso firme en la habitación.

Benjamin me dio un corto asentimiento. Eso era lo más cercano a afecto de hermanos que nos habíamos mostrado.

Candela por otra parte, lanzó sus brazos alrededor de mi cuello, susurrando lo feliz que estaba de que al fin estuviera despierto.

No pude evitar decirle exactamente cómo me sentía. 

—Al menos uno de nosotros lo está.

Y luego pasó. Podía sentir mi estómago apretarse y retorcerse. El olor era abrumante, prácticamente intoxicante. Cuando las vi, no pude evitar preguntarme de quién había sido la idea traer este tipo de crueldad a mi despertar.

Mientras que mi hermana se apartaba para que yo pudiera ver, recordé todo. Recordé por qué era tan importante que me mantuviera dormido.

Cinco hermosas y jóvenes chicas —inocentes— y no mayores que yo cuando me había convertido en vampiro, estaban frente a mí. Podía sentir su miedo y el depredador en mí estaba desesperado por liberarse. Me odiaba por eso, pero no quería nada más que drenar hasta la última gota de sangre de cada una de ellas.