martes, 26 de noviembre de 2013

A Shade of Vampire: Capitulo 16.

ENTREN ACA! porfi (? ok, las amo...

Twitter: @AnglesCasi.
Blog: abetterworldlaliter.blogspot.com.
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Mariana.


Corre, Lali. Me dije una y otra vez que siguiera, que huyera. Supuse que en algún punto, llegaría a alguna parte, a algún lugar que me diera un indicio de cómo podría escapar de la Sombra de Sangre. Así que continué, tropezando a través de la oscuridad del bosque. 

Sabía que no tenía plan de escape y que las probabilidades de abandonar realmente la isla eran prácticamente inexistentes. Pero tuve que aprovechar mi oportunidad al momento en que la vi. No podía solo esperar mientras Peter decidía exactamente para qué me quería con él. 

Pensé en Gas y en lo que él haría en mi situación. Al saber cuán impulsivo era mi mejor amigo, supuse que escapar mientras podía sería lo que habría hecho. Ese fue realmente todo el ánimo que necesité. Cuando desperté esa mañana —y encontré que el cielo estaba tan oscuro como la noche anterior— me di cuenta que esperar la luz del día para escapar no tenía sentido. 

Me bajé de la cama tan silenciosamente como pude, no tenía la menor idea de dónde estaba Peter, pero si estaba en las habitaciones más cercanas a las mías, supuse que oiría todos y cada uno de los ruidos que yo hiciera, así que tuve mucho cuidado de no hacer ninguno. Me quité las zapatillas que encontré en el gran armario del dormitorio. Pensé que haría menos ruido con los pies descalzos. 

Registré el armario, el cual descubrí contenía en su mayor parte ropa de mujer. Mi estómago dio vueltas al preguntarme por qué era eso. La idea que el cuarto junto al de Peter fue hecho específicamente para una mujer —y para lo que se suponía que estaba esa mujer— me hizo sentir enferma. Cualquiera que fuera la razón que tenían estos vampiros para tomarnos, lo que hacían era terrible. Yo no iba quedarme sentada allí para ser la víctima. 

Traté de buscar jeans o algo cómodo con lo que escapar, pero no encontré nada. Mis manos examinaron las docenas de telas sedosas, vestidos de fiesta, faldas y ropa interior. 

Finalmente encontré un par de pantalones cortos de mezclilla y una sudadera negra con capucha dos tallas demasiado grande para mí. Fruncí el ceño, notando cuán fuera de lugar se veían teniendo en cuenta el resto del contenido del armario. Me encogí de hombros y solo agradecí no tener que correr por un bosque usando un vestido de fiesta. Era lo mejor que podría conseguir y debería ser suficiente. Me puse la ropa lo más rápidamente posible. Sabía que no había tiempo que perder. A mayor tiempo que pasara sin que nadie notara que me había ido, mejores oportunidades tendría. 

Satisfecha con mi vestimenta, me escabullí fuera del cuarto, sosteniendo las zapatillas con una mano, cuidadosa de cerrar la puerta lo más silenciosamente posible. Avancé a través de los senderos cubiertos de vidrio que conectan el pasillo del cuarto de huéspedes con otra ala del pent-house. 

Parándome en el sendero, vi a una de las chicas con las que yo estaba caminando por el sendero paralelo al mío, yendo hacia el ala del lado contrario. Era la chica cuya mano sostuve cuando vimos a Peter por primera vez. No podía recordar su nombre. Mis esperanzas aumentaron. Si ella estaba allí, quizás Peter también lo estaba. Pensé por un momento si debería incluir a las otras chicas en mi escape. Quería hacerlo, pero supuse que sería un caso de ciego-guía-a-ciego. Mi mejor oportunidad de ayudarlas era escapar y exponer a la Sombra de Sangre al resto del mundo. Sin duda alguien me ayudaría a salvar a las personas traídas a este aquelarre como esclavos.

No gasté demasiado tiempo en pensar al respecto y en vez de eso me centré en cómo iba bajar. Miré hacia afuera y sonreí ligeramente de alivio. Vi un ascensor no demasiado lejos de mí. Ese debe ser. Tiré de la capucha negra sobre mi cabeza y avancé hacia el ascensor. No tomó mucho tiempo antes de que mis pies sintieran la tierra. Era casi demasiado bueno para ser verdad, pero nadie parecía estar vigilando alrededor, así que me puse las zapatillas y corrí en la dirección opuesta al Valle, el centro urbano. Pensé que al norte del Valle estaban las Celdas, al este estaba el Santuario, mientras en al oeste estaba el Pabellón. Si corría en dirección opuesta al Valle, más hacia el oeste, tendría que llegar a una salida tarde o temprano. 


Donde hay entrada, debe haber una salida. 

Estaba tan equivocada. Después de lo que parecieron horas tropezando a través de los árboles oscuros, con las zapatillas de caucho ampollando mis pies y siendo golpeada por ramitas y piedras afiladas, cada músculo en mi cuerpo dolía y tenía rasguños por todas partes de mi cuerpo debido a las ramas que golpeaba o los arbustos contra los que tropezaba por la falta de luz, finalmente llegué a un claro en el límite de lo que pareció un interminable bosque. 

Pero lo que vi hizo que mi corazón se detuviera. Era una pared tan alta y aparentemente tan gruesa que me sorprendió que nadie jamás hubiera visto la Sombra de Sangre en un mapa.

Esto le haría una buena competencia a la Muralla China. Fruncí el entrecejo. Cómo podía atravesar esa pared, no tenía la menor idea, y el hecho que no tuviera el menor indicio de lo que estaba del otro lado no ayudaba tampoco. 

Me mordí el labio, sintiéndome insegura de qué hacer. Me hundí de rodillas en el suelo, luchando contra el impulso de romper a llorar. No había forma de que pudiera trepar esta pared. Ya ni siquiera podía mantenerme en pie. Comenzaba a desesperarme. El pensamiento de volver y enfrentar las consecuencias de mi frustrado escape me desesperaba. Me sentía agobiada por más temores y dudas de las que podía manejar. 

De repente, oí una ramita romperse detrás de mí.

—Bueno, bueno, ¿qué tenemos aquí? —dijo una voz que era un poco demasiado aguda como para pertenecer a un hombre. 


—Me recuerda a la cena —contestó una voz más grave y rasposa.
Mis puños se apretaron. De pronto fui consciente de cuántos rasguños tenía y cuánta sangre rezumaba por esas raspaduras. Prácticamente me había convertido en carnada para estas criaturas. 

—¿Qué haces tan lejos de la fortaleza en una noche tan oscura? — preguntó, el Chillón, con la voz aguda.

—Dar una caminata. Mi amo dijo que podía hacerlo —mentí. Podía sentir mi rostro ruborizándose. 

—¿De verdad? —habló Rasposo esta vez—. ¿También te pidió que te pusieras toda manchada de sangre y lista para convertirte en su desayuno mientras tanto?

Podía sentirlos acercándose más a mis espaldas. Me giré lentamente para poder verlos. Por
la ropa que llevaban —traje negro con crestas rojas usadas por los guardias que nos acompañaban la noche anterior— asumí que ambos eran guardias, asignados para mantener
vigilancia en la fortaleza. 

—¿Quién es tu amo, cosita hermosa? —Chillón estaba justo a mi lado ahora. Sostuvo un mechón de mi cabello entre sus dedos y tomó una larga inhalación de él.

Estuve a punto de decirles que Peter Lanzani me poseía, y que lastimarme sería un grave error, pero fui interrumpida por Rasposo antes de poder hablar. 

—¿A quién le importa? —dijo—. Cualquiera que camine más allá del bosque y alcance la fortaleza está bajo nuestra misericordia. Estoy seguro que su amo nos dará gracias por enseñarle a su insolente esclava una lección. —Su dedo trazó uno de los rasguños en mis piernas, sacando sangre con su garra. Inspiró profundamente frente a su mano ensangrentada y sonrió antes de probarla. Sonrió más—. Dulce.

Fue Chillón quien pareció inquieto.

—Quizás no deberíamos tocarla. No sabemos quién la posee. 


Aún así, sus ojos estaban en mí, su mano libre recorriendo la longitud de mi brazo. Rasposo no mostró indicios de detener sus degustaciones de la sangre que salía de las raspaduras en mi cuerpo. 

Me paré allí, tratando de recordar lo que aprendí en las clases de defensa personal que Gas me había convencido de tomar. No tenía la menor idea de si funcionaría en vampiros, pero creí que valía la pena intentarlo, incluso si solo fuera para aturdirlos un instante y poder escapar. Eran meras ilusiones, pero era lo único que tenía. Me agaché en el suelo y barrí rápidamente una pierna por debajo de Rasposo, derribándolo al suelo. Me aproveché de la sorpresa de Chillón y lo aparté antes de correr hacia el bosque. Apenas si alcancé a dar tres zancadas antes de que ambos me alcanzaran, tirándome al suelo. 

Chillón sujetó mis brazos mientras que Rasposo se dobló arrodillado para sujetar mis pies. 

—Eso fue un grave error, cariño —dijo Rasposo con una sonrisa. 

Los colmillos de ambos salieron, y supe que estaba a punto de perder toda la cordura, teniendo en cuenta que era la tercera vez en las últimas veinticuatro horas que unos vampiros habían amenazado con chupar mi sangre. 

No vi ninguna esperanza así que simplemente cerré los ojos mientras ambos estaban a punto de morder. Esperaba gritar de dolor al sentir sus colmillos cavándose en cualquier parte de mi cuerpo en la que ellos decidieran hundir los dientes. 

En vez de eso, sentí su agarre en mis muñecas y piernas soltarse de repente. 

Abrí los ojos y parpadeé varias veces, aún tratando de lograr ver en la oscuridad. Mis ojos se iluminaron cuando vi a ambos guardias en el suelo con Peter cerniéndose sobre ellos. La luz de la luna brilló en él. Cada una de sus manos sujetaban a los vampiros por el cuello.

2 comentarios:

  1. Yo que Lali le digo a Peter que lo amo, no chicas?...
    Siiiiii, estoy comentando yo, para decirles que me dare un baño, no se preocupen que seguire subiendo, es que sali a caminar con Dexter hace rato, y habia tanta brisa que la arena me empegostaba, y cuando llegue a mi casa no hice mas que acostarme con la computadora, y mi cuerpo me picaba, y ahora no resisto mas.... Asique, esten pendientes porque en cualquier momento subire, pero sera pronto ;) besos.

    PD: es un poco raro comentarte a ti misma (? Jajajajaja chauuu, las amo!.

    @AnglesCasi.

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  2. La rescato!! ojala que no le haga nada malo!! y no se enoje con ella!!

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