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Este hombre era peligroso y yo lo sabía. Intenté escabullirme lejos de su toque, pero no era rival para su fuerza.
—Dime
tu nombre —ordenó.
Capitulo 2.
Estaba a punto de negarme, pero me horroricé al
encontrarme impulsivamente dando mi nombre como respuesta:
—Lali Espósito.
Trazó su pulgar por encima de mi línea de la mandíbula.
—Hola, Lali Espósito. Eres una chica estúpida por
salir a caminar sola a estas horas de la noche. Nunca sabes qué tipo de mal
podría sucederle a una cosita bonita como tú.
Me pregunté exactamente qué tipo de mal era él. Pero
de pronto me vi abrumada por las sensaciones que estaban rodeándome. Mis
sentidos se llevaron todos de una vez. Oí las olas, sentí la arena bajo mis
pies, olí la sal del océano, probé el sabor de la cereza en mis labios y vi al
maníaco desconocido aparecer mientras me clavaba una aguja en mi cuello. El
efecto fue instantáneo. Apenas podía jadear, y mucho menos gritar. Pasé de
sentir todo a sentir absolutamente nada.
Mi último pensamiento consciente fue que yo nunca
podría ver a Gas otra vez.
···
Parpadeé varias veces, esperando que pudiera ver con
mayor claridad si lo hacía muchas veces. Para nada. Estaba envuelta por la
oscuridad y no parecía que eso fuera a cambiar pronto.
Sentí como mi claustrofobia estaba a punto de surgir,
estaba aterrada, por todo lo que sabía, podría estar en alguna clase de espacio
extremadamente cerrado, pero el frío, y la airosa sensación del cuarto pronto
me aseguró lo contrario.
Traté de moverme a través del espacio pero rápidamente
me di cuenta que la falta de luz era la última de mis preocupaciones. Por un lado, estaba siendo retenida por
esposas de metal en mis muñecas y tobillos.
Apenas y podía levantar mis brazos sin requerir un
considerable esfuerzo. Traté de jalar contra las cadenas. Estaban amarradas a
la pared. Sentí paja bajo mis pies descalzos. Pasé mis manos sobre mi cuerpo y
sentí la suave tela de lino del vestido blanco que me puse sobre el traje de
baño antes de mi inoportuna caminata esa tarde.
Había planeado ir a nadar.
Si, otra de tus brillantes
ideas, Lali . Ahora estás encerrada en alguna clase de calabozo usando solo tu
traje de baño y un vestido que no está ni cerca de defenderte del cortante
frío. Genio. Una completa genio.
Apreté los dientes, culpándome por haber sido tan
descuidada con mi propia seguridad. Me reprendí a mí misma antes de convertirme
en mi villano personal. La severidad de la situación me golpeó con fuerza y era incapaz de suprimir un escalofrío. ¿En
qué me había metido?
Estoy en un calabozo. La sola palabra causaba
una alternativa de imágenes de historias que había leído sobre lugares como la
Torre de Londres y el tipo de tortura que los prisioneros vivían ahí. Apreté
los puños, dándome cuenta por primera vez de cuánto amaba mis dedos, mientras
imágenes volaban en mi mente sobre alguien enterrando objetos puntiagudos bajo
mis uñas.
Estoy en un calabozo. La sola palabra causaba
una alternativa de imágenes de historias que había leído sobre lugares como la
Torre de Londres y el tipo de tortura que los prisioneros vivían ahí. Apreté
los puños, dándome cuenta por primera vez de cuánto amaba mis dedos, mientras
imágenes volaban en mi mente sobre alguien enterrando objetos puntiagudos bajo
mis uñas.
Si mi meta en la vida era no volverme loca, entonces
esto seguro como el infierno que no me ayudaba a cumplir mi objetivo.
Me hundí en el piso, abrazando mis piernas contra mi
pecho, recordando todas esas veces en que sentía que algo estaba mal conmigo.
Los viejos temores de convertirme en mi
madre comenzaron a asaltarme. Mientras crecía, vi a psicólogo tras psicólogo
tratando de averiguar “¿qué estaba mal conmigo?” Aparentemente había tenido
Déficit de Atención e Hiperactividad cuando era niña y Trastorno Obsesivo
Compulsivo durante mi adolescencia.
Recientemente, me estaban haciendo estudios por un desorden de
bipolaridad. Dada esta situación, estaba segura de que podría desarrollar un
desorden extra o dos.
Añadamos estrés post - traumático a la lista.
Escuché sonidos —pasos— viniendo de afuera del cuarto
en el que estaba.
Ocho segundos después, la puerta se destrabó y se
abrió ampliamente. La incandescente luz entró. Me tomó un par de segundos
ajustar mis ojos al repentino flujo de luz. Mi primer instinto fue fijarme en
cada detalle del cuarto en el que estaba. Con la luz, se veía menos arcaico de
lo que imaginaba.
Las paredes estaban hechas de concreto y no de adobe y
ladrillo como en los castillos antiguos.
Miré al piso y fruncí el ceño en confusión ante la
paja bajo mis pies.
—Pienso que le agrega un toque especial. Hacen a
nuestros prisioneros sentirse como si hubieran viajado a la Época Oscura.
Ese libro es muy buenoooo, imaginármelo con Lali y Peter es muuuucho mejor!!!! No sabes donde consigo el segundo libro? Estoy loca por leerlo!!! Besitos
ResponderEliminarAle
Yeni!!! quiero ya el otro cap.!! este libro esta muy bueno!
ResponderEliminarquiero otro otro otro!!!! Besos Naara
ResponderEliminarmás más más más más más!!!
ResponderEliminarotro capítulo!!!
ResponderEliminarJajajaja,consiguieron k pensara k estaba en un castillo ,y parece ser k para nada es así.
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