martes, 26 de noviembre de 2013

A Shade of Vampire: Capitulo 9.

Envolví un brazo alrededor de su pequeña cintura y la levanté del pilar, apoyando su peso en mis caderas. Ella trató de apartarme, trató de liberarse de mis manos, pero no pasó mucho tiempo para que se diera cuenta de que no había escapatoria. Yo era demasiado fuerte y ella estaba a mi completa merced. Ella lo sabía. Yo lo sabía, y me odiaba a mí mismo, porque en ese momento, no había ni un solo latido de misericordia corriendo por mis venas privadas de sangre. No había nada en mí, sino una necesidad animal y primitiva que estaba pidiendo a gritos ser satisfecha: el hambre.



  Mariana.
¿Qué pasa con esta gente y el empujarme contra superficies duras?

Yo era plenamente consciente de la gravedad de mi situación, y sin embargo ese fue el único pensamiento que rodeaba mi mente al momento en que él me levantó para que mi cara estuviera justo frente a la suya. Me tuvo inmovilizada contra un pilar de mármol negro. Mi espalda estaba sufriendo por los abusos que había estado recibiendo toda la noche: primero del hermano de Peter y ahora de él.


Benjamin probablemente tenía razón cuando se refirió a mí como “frágil ramita”. Era exactamente cómo me sentía, con Peter sujetándome allí, todos mis intentos de empujarlo y liberarme fallaron miserablemente. Ni siquiera estaba segura de sí era consciente de lo fuerte que era, pero él emanaba una energía que yo no percibí ni siquiera con Benjamin. Me sentía como una muñeca de porcelana, como si pudiera hacerme añicos al momento en que deseara hacerlo.


Todo sobre Peter Lanzani estaba abrumando mis sentidos. La sensación de su cuerpo pegado al mío, el frío de su aliento en mi piel, el sonido de su respiración irregular, el ligero aroma de su almizcle mezclado con mirra se aplicaron sobre mi antes de que fuéramos traídas a él.


Él me miró y yo lo miré. Casi podía ver las ruedas girando en su cabeza y cada pedacito de su comportamiento mostró cuán conflictivo estaba sobre lo que quería hacer. Y sin embargo, también había una determinación en sus agudos ojos azules que me dejó aferrarme a cualquier pizca de esperanza.

Cuando su mano libre agarró mi cabeza, y la empujó hacia un lado para despejar mi cuello mientras enseñaba sus colmillos, lo único que pude pensar en hacer fue rogar:


—Por favor no lo hagas.


Podía oír a Candela tratando de suplicarle, recordándole que él podía controlar esto. Tenía que recuperar el control.


Yo no entendía lo que estaba pasando o por qué estaban haciendo lo que estaban haciendo. Solo sabía que estaba a merced de Peter y sin embargo, a diferencia de lo que experimenté con Benjamin más temprano esa noche, ahora nada de lo que estaba haciendo Peter me hizo sentir violada.


Eso me asustó. Este hombre me había empujado hasta una superficie dura, capturándome con sus fuertes brazos, aplastándome. Estaba a punto de hundir sus dientes en mi cuello desnudo y beber mi sangre. Tenía todo el derecho de sentirme violada, pero no lo hice. ¿Qué decía eso de mí?


—Peter... no quieres hacer esto... tú tienes control —continuaba Candela.


Miré a los ojos de Peter preguntándome si esto estaba teniendo efecto en él. Parecía que no, porque se empujó contra mí mientras se inclinaba hacia delante, con sus colmillos comenzando a presionar contra mi cuello.


A pesar de que mis cinco sentidos estaban siendo asaltados por sensación tras sensación provocada por mi nada familiar y extraña situación, recordé algo que Gas siempre me decía cuando empezaba a compadecerme a mí misma y culpar a las circunstancias de mi dolor.

“Reconozco una excusa cuando la escucho , Lali. No te atrevas a engañarte creyendo que eres la víctima”. 
Traté de empujarlo, pero rindiéndome a la idea de que no servía de nada. En cambio, presioné mi mejilla contra la suya, el calor de mi piel desvaneciéndose con la frialdad de la suya.


—Puedes controlarte. No me hagas esto —susurré en su oído.


Para mi sorpresa, justo cuando sus colmillos estaban a punto de romper mi piel y extraer sangre, se detuvo. Podía sentir los colmillos retrayéndose y solo estaban sus labios apretados contra mi cuello.

1 comentario:

  1. AAHHH!!! le hizo caso!!
    te juro que amo esta nove, por si no lo sabes!!
    quiero saber que va a pasar!!
    te quiero bobita, besos :)

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