Cuarto
cap :c espero que les guste besos.
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Cinco hermosas y jóvenes chicas
—inocentes— y no mayores que yo cuando me había convertido en vampiro, estaban
frente a mí. Podía sentir su miedo y el depredador en mí estaba desesperado por
liberarse. Me odiaba por eso, pero no quería nada más que drenar hasta la
última gota de sangre de cada una de ellas.
Mariana.
Mis ojos estaban
pegados al joven que Candela estaba abrazando hace pocos minutos. No había duda
en mi mente de que era él. Era él por el que Candela le dijo a Benjamin que yo
estaba aquí. Él era sobre el que los guardias y sirvientes susurraban. Era
Peter Lanzani.
Poco después,
Candela me dejó dentro de la mazmorra, guardias llegaron para llevarme a otra
área del lugar que llamaban la Sombra de Sangre. Yo y otras mujeres de mi edad
fuimos llevadas afuera por una red de cuevas subterráneas que llamaron Las
Celdas. Asumí que era la clase de sistema penitenciario de la Sombra. Mi primer
instinto fue tratar de averiguar dónde estábamos.
Todo lo que vi
fueron los árboles más altos que mis ojos que habían puesto encima. Supuse que
eran secoyas gigantes que había leído en libros. Nos rodeaban por todos lados
excepto por uno, que por lo que vi, consistía en una enorme cadena de montañas,
cuyos acantilados desiguales deletreaban peligro. Era el intrincado sistema de
cuevas de esta cordillera adecuado para esculpir calabozos lo que nos mantuvo a
todas adentro. Me quedé impresionada por la forma en que fueron capaces de
llevarlo a cabo, pero no podía evitar preguntarme si la sangre humana fue
derramada para transformar Las Celdas en una realidad.
En las celdas,
los guardias ordenaron a nuestras chicas formar una sola línea y seguirlos a
medida que nos guiaran en un camino de tierra directo a la oscuridad, al bosque
oscuro. Mis dientes castañeteaban mientras nos conducían bajo las sombras de
las ramas de los árboles delgados pero fuertes. En realidad no era el frío lo
que me hacía estremecer, aunque el aullido del viento realmente no estaba
ayudando, especialmente teniendo en cuenta la vestimenta que llevaba puesta.
Era solo que todo lo relacionado con el bosque en el que nos encontrábamos, me
recordaba a esos sobre lo que leí en los cuentos de hadas, el hogar de grandes
lobos malos y criaturas nocturnas esperando para devorar a cualquier
desafortunado transeúnte. En ese momento, me arrepentí de haber visto alguna
vez películas de terror, porque estaba casi segura de que estábamos siendo
conducidos a una especie de terrible y espantosa muerte. Bajo la merced de los vampiros. Cerré los ojos y sacudí ese
pensamiento. Realmente no estaba ayudando a mi situación.
Probablemente
habían pasado menos de diez minutos, pero se sentía como si hubiésemos estado
caminando por horas para el momento en que una salida del bosque encantado
quedó a la vista. Entramos en un gran claro, que a partir de una lectura rápida
de lo que estaba alrededor, parecía estar situado en el centro de un enorme
bosque.
—Esto, bellezas
—habló uno de los guardias, sin molestarse en ocultar que estaba mirándonos de
reojo a todas y cada una de nosotras—, es el Valle.
Me preguntaba
qué nos deparaba allí destino. Aún consciente del terror que sentía, me
encontré dando paso a una nueva sensación en el interior: el temor. El camino
de tierra por el que estábamos viajando con el tiempo nos llevó a una calle de
adoquines que estaba llena de vida. Era obviamente una especie de centro para
el comercio basado en la gente pululando por el lugar, como si fuera la cosa
más normal del mundo ir al mercado a esta impía hora de la noche.
Casi olvidé mi
miedo por un momento mientras mis ojos se abrían con fascinación. Partes del
Valle parecían una ciudad que había aparecido justo de la época medieval. Las
calles estaban iluminadas por lámparas en llamas. Techos de paja, exteriores de
arcilla, carpas que albergaban una gran variedad de mercancía. Algunos edificios,
por otro lado, me hicieron inclinar la cabeza hacia un lado, preguntándome para
qué eran exactamente, considerando sus únicos diseños arquitectónicos
geométricos y angulares. Era casi como si estuviéramos en una ciudad que logró
mezclar el pasado y el futuro en un lugar y empecé a preguntarme cuánto tiempo
había pasado desde que el Valle existía.
Dimos una media
docena de vueltas por el laberinto de calles hasta que fuimos llevadas a la
puerta principal de un edificio de dos pisos, cuyos exteriores estaban pintados
con una variedad de bonitos colores pastel. No pude evitar notar cuán fuera de
lugar estaba comparado con el oscuro ambiente general que me estaba llegando
del resto de la Sombra de Sangre. Nos acompañaron a través de las puertas
dobles de cristal y me encontré completamente confundida. Estaba esperando ser
llevada a algún tipo de mazmorra o sala de interrogatorios, un lugar oscuro y
amenazante. En su lugar, nos llevaron a un... spa. El olor a jazmín y lavanda,
el sonido de las fuentes brotando, la buena y rítmica música... No tenía idea
de qué hacer con todo el asunto. Se sentía casi como si estuviera en el spa al
que a menudo me arrastraba Gas por masajes en las vacaciones.
Pronto supe que
llamaban a aquel lugar "Los Baños". Al entrar en el vestíbulo del
edificio, los guardias inmediatamente nos entregaron al cuidado de varias
mujeres, quienes yo asumí estaban en sus veintes. A partir de ahí, cada una de
nosotras dio paso a una serie de regímenes de belleza, como un baño caliente,
masajes, manicura, pedicura y tratamientos faciales. Fuimos perfumadas con
esencias que encontré absolutamente embriagadoras. Finalmente, llevando batas
de seda, fuimos enviadas a un vestidor donde una joven mujer de cabello oscuro
nos entregó paquetes que contenían lo que íbamos a usar. Sentí mi estómago
apretarse cuando vi la ropa interior de encaje y el vestido blanco perla que me
habían dado. Me di cuenta de repente para qué eran todos esos tratamientos de
belleza. Nos estaban preparando para él.
Me encontré temblando mientras me ponía la ropa, el vestido abrazando mis
curvas en los lugares adecuados. Comprobé la forma que me veía en frente del
espejo de cuerpo entero y respiré. No podía recordar haberme sentido más
hermosa de lo que lo hacía en ese momento, y sin embargo, no sentía nada más
que pavor. Tenía una sensación siniestra de que probablemente no era
beneficioso para una joven tener un aspecto impresionante en la Sombra.
—Te ves hermosa
—me dijo la mujer de cabello oscuro que nos entregó la ropa, mientras ayudaba a
subir la cremallera de mi vestido de la parte posterior.
—¿Para qué es
todo esto? —le pregunté en un susurro ronco—.
¿Por qué nos están emperifollando así?
Al verla a
través del reflejo en el espejo, la tristeza que trazó su bonita, cara redonda
no escapó de mi atención.
—Los rumores son
que ustedes chicas van a formar parte del harén del príncipe. Todos los de la
élite de la Fortaleza de Sangre tienen harenes. Ustedes chicas son lo
suficientemente afortunadas de haber sido elegidas para servir al mismo
legendario Peter Lanzani. Eso es todo lo que te puedo revelar, pero una cosa
que sí sé con certeza es que no puedes permitirte el lujo de disgustar al
príncipe.
Pasó una suave
mano sobre mi cabello castaño, organizándolo de modo que cayera perfectamente
en su lugar.
—Pero no te
preocupes… teniendo en cuenta lo impresionante que te ves, dudo que sea difícil
para ti complacerlo. —Entonces ella se alejó, dejando claro que no estaba
dispuesta a decir nada más.
Complacerlo. Escalofríos corrieron por mis huesos
mientras preguntas sobre mi destino comenzaron a inundar mi mente. Ser miembro
del "harén" de alguien sonaba aterrador par0 a mí, pero sabía que
fisgonear para obtener más respuestas probablemente metería a alguien —muy
probablemente, a mí misma— en problemas. Por lo tanto, tenía que conformarme
con mantener el espíritu abierto a los susurros que se intercambiaban a mí
alrededor. Todo lo que deduje era que el príncipe había estado dormido durante
cientos de años, y que "los vampiros" lo ven como una especie de
"salvador".
También me di
cuenta de que las mujeres que nos emperifollaron eran todas humanas. Me
pregunté si ellas también fueron secuestradas como yo.
Una vez que
estuvimos listas, los guardias que nos habían escoltado a "Los Baños"
vinieron por nosotras. Nunca olvidaré la mirada en el rostro de uno de los
guardias cuando nos vio.
—El príncipe es
un bastardo con suerte —murmuró en voz baja, antes de darnos instrucciones para
ponernos de pie y seguirlos.
Nos llevaron de
nuevo a lo largo de las calles empedradas del Valle. Esta vez, sin embargo,
estaba demasiado superada por la ansiedad como para preocuparme en admirar las
impresionantes estructuras de la ciudad. Mantuve los ojos bajos, reflexionando
sobre lo que el destino tenía para nosotras en el almacén. No pasó mucho tiempo
antes de que nos llevaran a una salida en un lado diferente de la ciudad. Una
vez más nos encontramos a nosotras mismas siendo conducidas a través del
bosque. Afortunadamente, solo tomó alrededor de un par de minutos atravesar los
oscuros bosques antes de llegar a otro claro. Solo hubo una estructura que se
presentó así mismo a nosotras, un templo de clases, con un exterior blanco y un
techo como una caverna. Bajo la luz de la luna, la blancura del edificio casi
parecía que brillaba en medio del negro de la noche que lo rodeaba.
—Bienvenidas al
Santuario, señoritas —dijo uno de los guardias, con una sonrisa en su rostro
mientras abiertamente nos miraba lascivamente con sus ojos de oro ámbar.
Nos hicieron
entrar por la puerta principal. Fue en el pasillo bien iluminado en frente de
nosotras que vimos a Benjamin y Candela. Podía sentir los ojos de Benjamin en
mí, haciendo a mis interiores retorcerse. Candela nos instruyó a seguirlos y lo
hicimos. Pronto nos giramos en una esquina y entramos en una cámara de luz de
grandes velas.
Allí de pie, me
encontré incapaz de fijar mi mirada lejos de Peter Lanzani, preguntándome
acerca de todo el alboroto que le rodeaba. Él era lo que toda adolescente
probablemente describiría como caliente,
lo que era bastante irónico teniendo en cuenta lo pálido y frío que parecía.
Tenía las mismas características que su hermano, pero había algo más refinado
en él. Había un atisbo de puerilidad en su rostro. Al instante me di cuenta de
que era más joven que Benjamin. Me entretuve en la idea de que quizás yo estaba
realmente mejor bajo su merced que en la de Benjamin. Sin embargo, las palabras
que Candela me dijo antes me dejaron hechizada.
"Tu mejor posibilidad de sobrevivir y demostrar tu importancia es
ganar el afecto de Peter... No estoy segura de que sea siquiera posible. "
—¿Cuál es el
significado de esto? ¿Por qué las traerías a mí? —habló Peter. Su voz era
profunda y poderosa. Respiraba pesadamente mientras decía cada palabra.
—Aléjalas de mí.
—No podemos
hacer eso. —Candela negó con la cabeza—. Tendrás que aprender a controlarte a
ti mismo con ellas. Te daremos sangre para alimentarte muy pronto, pero por
ahora, necesitas mantenerte bajo control cuando estés a su alrededor.
—Si no quieres
que mueran, ¿por qué llevarlas a mí ahora? —Su voz resonó por el cavernoso
pasillo.
Todo acerca de
su actitud, la forma en que su pecho se movía, la forma en que sus puños se
apretaban, dejando claro que estaba haciendo todo lo que estaba en su poder
para mantenerse a sí mismo de atacar a cualquiera de nosotras, quizás incluso
todas nosotras.
Me estremecí
ante la exhibición de genio de este joven hombre, a cuyo mando inmediato íbamos
a ser sometidas.
Candela no
pareció inmutarse en absoluto. Con voz calmada, recogida, respondió a su
hermano:
—Porque tú y yo
sabemos que si vas a enfrentarte a lo que está delante de ti, tienes que ser
capaz de controlar tu impulso de satisfacer tu hambre. Estas mujeres fueron
cuidadosamente seleccionadas para formar parte de tu harén. Son las más bellas
de entre una cacería reciente que hemos hecho.
A pesar de mi
situación, mis oídos se animaron a esta última afirmación. Bella no era como algo con lo que me hubieran descrito antes.
Benjamin se echó
a reír.
—Este es un castigo
cruel e inusual, Cande. Yo te lo dije. Peter no ha obtenido sangre durante los
últimos cuatrocientos años. No se puede esperar que no quiera arrancarles la
cabeza a esas chicas. Demonios, yo me he
estado alimentando durante los últimos cuatrocientos años y todavía quiero
tener mi camino con ellas.
Peter, todavía
luciendo como si estuviera a punto de atacarnos en cualquier momento,
simplemente le dio una mirada de reojo antes de vagar sus ojos hacia cada una
de nosotras, una por una.
—¿Un harén? ¿Una
caza? ¿Desde cuándo tenemos eso? ¿Quiénes son estas chicas y dónde exactamente
las “cazaste”?
Benjamin,
Candela y la otra mujer presente en la sala lucieron incómodos.
Fue Candela
quien finalmente respondió a la pregunta.
—Son humanas secuestradas
en el mundo exterior. Cazamos humanas del mundo exterior para convertirlas en
esclavas aquí, para hacer el trabajo necesario. Aquellas que prueban ser útiles
son alimentadas sucesivamente. Las más selectas y más bellas entre las cautivas
se mantienen por la Élite como parte de lo que comenzamos a llamar un harén
hace mucho tiempo. Algunos de los inquilinos favorecidos también tienen una o
dos bellezas propias. Las humanas que forman los harenes se mantienen vivas
durante un año y quien sea que las posee llega a decidir su destino final
después de eso.
—Es solo una
excusa para poder tenerlas en cualquier momento —añadió Benjamin con una
sonrisa.
Por cómo se veía
Peter, no parecía muy contento con la explicación que le habían dado. Él nos
miró desde donde estaba, la distancia entre nosotras tan solo a unos pasos de
distancia.
Yo no podía
dejar de preguntarme lo que pasaba por su mente.
—Sé lo que estás
pensando y no, no puedes dejarlas ir, hermano —habló Peter, sonando como si
estuviera hablando con un niño de cinco años—. Han visto la Sombra de Sangre.
No podemos darnos el lujo de arriesgar a la secta. Se quedan o se mueren.
La expresión de Peter
se volvió de completo disgusto.
—No pueden ser
mayores de lo que éramos cuando nos convertimos.
—Lo sé. —Peter
sonrió, hablando como si fuera el hecho más divertido conocido por su especie—.
Todas tienen diecisiete.
—Los caballeros
y los guardias las tomaron a esa edad, porque como sabes, la sangre tiene un
sabor más dulce una vez que alcanzan la plenitud de su condición de mujer a los
dieciocho años —explicó Candela.
Benjamin se
burló de la idea.
—Por favor. Es
todo lo mismo, pero en realidad, Peter, disfruta de ellas. Solo verlas ya es un
banquete. Después de que termine el año, imagina todas las cosas perversas que
puedes hacer con ellas.
Peter se puso de
pie a su completa altura, un par de centímetros más alto que su hermano mayor y
comenzó a caminar hacia nosotros. Mi primera reacción fue la de estremecerme
mientras se acercaba.
En ese momento,
la única manera que se me ocurrió para describirlo era hambriento.
Me quedé allí,
segura de que mis rodillas estaban a punto de ceder bajo mis pies. Cambié mi
peso de un pie al otro y, al hacerlo, pareció que la palma de mi mano rozó la
mano de la chica de cabello rubio de pie a mi lado. Pude sentir su agitación.
Tomé su mano y la apreté, con la esperanza de darnos consuelo y quitarla de
ella.
El movimiento atrajo la atención de Peter. Nunca me había sentido más vulnerable de lo que lo hice en el momento que los ojos azul eléctrico de Peter Lanzani se establecieron en mí. Su mirada delataba los pensamientos que vagaban en su mente. Yo era un cordero, un cordero
listo para el
matadero.
aaahh!! me voy al otro =D
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