03/03
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Peter.
Ese momento en la Habitación del Sol me tenía hechizado mientras la observaba dormir a mi lado. Ella se apartó cuando intenté besarla. Si hubiera sido cualquier otra mujer, no habría dudado en forzarla a mi manera para conseguir ese beso de todas formas. Pero era Lali. No era cualquier mujer.
Quería que me quisiera, pero después de todo lo que ella había visto, después de todo por lo que había pasado, no podía culparla por rehuir de mí. Lo entendía, pero eso no cambiaba lo doloroso que se sentía.
Se removió en la cama, su manta siendo lanzada a un lado, mostrando una cantidad generosa de la piel de sus suaves piernas. Mi vientre se apretó y tragué saliva con fuerza. Las noches con Lali eran prácticamente una tortura. Tenerla allí, hermosa y tan malditamente
cerca de mí, siempre me recordaba cuánto la quería. Su pijama casi siempre se desplazaba mostrando parte de su cuello y hombro, prácticamente rogándome que la moridera.
Me levanté de la cama, inseguro de mí mismo y lo que estaba sintiendo por ella. Me hacía sentir enfermo pensar en el peligro que ella estaba enfrentando. El asesino de Mery seguía sin ser encontrado, aunque mis instintos me decían que sabía quién era. No podía soportar admitirlo. El familiar sentimiento enfermizo se instaló en mi estómago mientras caminaba hacia los ventanales que llevaban al balcón cuya magnífica vista daba al Pabellón. La noche estaba tan negra como un cuervo, ningún rastro de los rayos de la luna por ninguna parte.
Me sentí tan sombrío como la noche.
Recordé ver a Benjamin más temprano ese día susurrándole algo en el oído a Lali. Noté como el cuerpo de ella se tensó y cómo obviamente intentó contener su ira. No hice nada al respecto. Fingí como si no hubiera visto nada.
Cuando Lali se acercó a mí, actuó de la misma manera que yo. Como si nada acabara de pasar. Ella sonrió y tomó mi mano. Me dijo que tenía una sorpresa para mí. Su cabello rojo fuego y su radiante sonrisa, me recordaban más al sol de lo que la propia habitación jamás podría.
—¿Peter? —ronroneó Lali detrás de mí—. ¿Alguna vez duermes?
Negué con la cabeza a la vez que me daba la vuelta.
—No tanto como tú. —Me quedé sin aliento por lo impresionante que se veía con esos profundos ojos verdes fijos en mí. Me sentí como un niño hablando con su primer enamoramiento por primera vez. Lali siempre conseguía hacerme sentir trastornado.
A medida que me acercaba a ella, una expresión pensativa reemplazó la sonrisa de su cara.
Me senté en el borde de la cama y froté su cadera con una mano.
—Oye… ¿pasa algo malo?
Puso su mano sobre la mía, rozando mi piel con sus delicados dedos. El movimiento envió escalofríos a través de mi cuerpo. Nuestros ojos se encontraron y por un momento, nada más importó salvo tenerla aquí conmigo. Me di cuenta en ese momento que no podía pensar siquiera en una vida sin ella. Me sentí egoísta y culpable por mantenerla allí, aun cuando su vida corría peligro, pero razoné que no existía ninguna otra manera.
—¿Qué tienes en la mente, Peter? —susurró ella.
—Tú… —No vi razón para mentir—, que no puedo imaginar una vida
sin ti.
Se sentó en la cama y su mano acarició mi cuello. No había tensión, ni aprehensión entre ninguno de nosotros. Seguíamos siendo precavidos entorno a los otros, pero una vez a solas, había una familiaridad, un ritmo, casi un baile entre nosotros. Esa era una de las razones por las que me hacía sentir tan… en compañía.
—No sé si esto significa algo para ti —empezó a decir, y luego dudó como si estuviera intentando sopesar muy cuidadosamente las palabras.
Interiormente me burlé de su afirmación. Era raro que alguna de las palabras provenientes de esos dulces labios no significaran algo para mí.
—¿Qué? —la urgí.
Dudaba que pudiera saber lo emocionado que estaba por lo que dijo a continuación.
—Desde el momento que llegué aquí, todo lo que quise fue escapar y regresar a casa, pero
Peter… —Puso una suave mano sobre mi mejilla—, ha empezado a sentirse como un hogar. Hogar.
La palabra y todas las sensaciones que me dejó al momento en que eso escapó de sus labios siguieron rondando en mi mente a la mañana siguiente cuando me senté en el sofá de la sala, mis ojos se fijaron en uno de los miembros de la Élite: Paula, una caprichosa y vanidosa vampiresa quien logró convencer a mi padre y hermano de que tenía en el corazón los mejores deseos para con nuestra familia.
Seguía sin estar seguro de sus verdaderos motivos. Antes de mi descanso, hizo más de un intento por fomentar una relación conmigo. Encontraba que su misma presencia, tan hermosa como era ella, me parecía repugnante. Sin embargo, ella me pidió una audiencia y yo no tenía razón alguna para negarme a su petición. Apenas podía escuchar lo que ella estaba diciendo, cumplidos sin sentido que no significaban nada para mí, porque mi mente seguía envuelta en lo que Lali había insinuado anoche.
¿Quiso decir que yo era la razón por la que ella querría quedarse aquí en la Sombra?
Paula acabó su balbuceo y estaba esperando alguna clase de respuesta. Una entrada social.
Considerando que no la estaba escuchando realmente y no escuché una palabra de lo que dijo, simplemente la miré de la cabeza a los pies e ignoré todo lo que había estado farfullando.
—Veo que te ha ido bastante bien sola, Paula —comenté, señalando sus trajes de diseñador y el aura de extravagancia que la rodeaba.
—Es todo gracias a ti, ¿o no, mi príncipe? —Sonrió.
—No nos perdamos en una pequeña charla, ¿sí? ¿Por qué viniste a verme? —le pregunté, deseoso de llegar al asunto principal y deshacerme de ella.
Miré momentáneamente al hombre parado detrás de ella junto a la puerta, esperándola.
Rubio, ojos grises, macizo, del tipo que Paula disfrutaba explotar. Mi mandíbula se tensó, recordando por qué detestaba estar alrededor de un vampiro que era al menos treinta años mayor que yo, aunque ella fue convertida a la tierna edad de diecisiete.
Las largas pestañas de Paula revolotearon a la vez que se enderezaba en su asiento.
—Además de homenajear a mi amado príncipe, claro. Estoy curiosa.
—¿Curiosa sobre qué?
—Curiosa sobre quién, mejor dicho. Bueno, he estado escuchando mucho acerca de tu hermosa mascota pelirroja. Tenía curiosidad por descubrir la clase de chica que fue capaz de conseguir amarrar a Peter Lanzani.
Hice una mueca. El interés de Paula por Lali no era exactamente algo que me diera motivos para regocijarme. Sin embargo, antes de que siquiera pudiera abrir la boca para responder, escuché la risa de Lali llegando de afuera. Ella y las chicas habían salido a dar un paseo, escoltadas por Nico y Agus. Parecía que pasaron un buen momento, una sensación que no compartí considerando cómo mi vientre se tensó cuando me puse de pie.
El encuentro de Paula y Lali no era algo que me encontrara esperando impacientemente. Sin embargo, era muy tarde, porque Lali acababa de entrar por la puerta principal con una sonrisa en su rostro, sus ojos verdes brillando con deleite.
Paula se levantó, dio la vuelta y miró a Lali desde la cabeza hasta los pies.
—Así que esta es ella —dijo, con envidia.
Como si eso no fuera lo suficientemente malo, algo más sobre la incómoda situación comenzó a corroerme. Aparte del evidente desprecio por Lali que Paula tenía en sus ojos, estaba molesto por la pura sorpresa en la cara de Lali al momento en que puso sus ojos en el esclavo de Paula.
—Gas —jadeó, las lágrimas humedecieron sus ojos.
La misma cantidad de sorpresa fue evidente en el rostro del chico al verla. La cara de él palideció cuando la temerosa preocupación, reemplazó su apariencia sombría e indiferente de unos momentos antes. Lali lanzó sus brazos alrededor de él y este le devolvió el abrazo.
Cuando él apoyó el mentón sobre la cima de su cabeza, miró en mi dirección. Casi pude escuchar las acusaciones y las amenazas que estaba lanzando en mi dirección. Era obvio que estaba temeroso por Lali, que estaba preocupado por lo que pude haberle hecho a ella.
Una sonrisa sarcástica se formó en el rostro de Paula cuando miró el encuentro entre su esclavo y la mía.
—Interesante. Muy interesante.
Me quedé de pie allí, sin saber qué hacer. O qué pensar. Pero estaba seguro de que estaba viendo directamente frente a mí, lo que estaba abrazando Lali, era su motivo para dejar la Sombra de Sangre para siempre.
Odio a paulaa!
ResponderEliminarLlego Gas!yo creo que se va a enamorar de rochi! Y agus de cande o daki y nico de euge y luego va a ser la pelea de que peter quiere a lali y lali a peter pero paula y benjamin se ban a inponer
Peter esta celoso de gas!!Aaaaaaw(:
#Soo
EliminarYeni mia mor, divina de mi corazón , mi bobita
ResponderEliminarNECESITO YA OTRO CAPITULO!!
ay te juro estoy llorando como boluda!!
AY apareció mi rubio divino!! PERO tipo que no podia no aparecer, digo estaba todo muy bien con el temita LALI-PETER y encima tenenemos a Benja para sumarle a la estúpida de Paula y al divino de Gas!
MÁSSSSSSSSSSS!!!
Hace un maroton de navidad!🎅🎉
ResponderEliminaraw Hola Feliz navidad y Feliz año nuevo!pública más por fa besos Naara
ResponderEliminarmás más más más más
ResponderEliminarDalee subi!! Por faaaaaa!
ResponderEliminarNo desaparescas!no nos dejes asi!
Y hace maratoon!